Desafíos para la educación universitaria en Bolivia: el co-gobierno

pge-universidadesChristian A. Aramayo Arce7:23 AM, María Angélica despertó hace dos horas y vino desde Montero (alrededor de 50 Km de distancia) para asistir a su clase de Cálculo que empezaba a las 7:00 AM. Entra la frustración porque sin que ella esté involucrada, algunos estudiantes cerraron toda la universidad en protesta. Al Oeste, la situación es peor: en Cochabamba, fueron 17 semanas de paro y el conflicto parece continuar. Esa es la historia de todos los años en las universidades estatales desde hace décadas y así es difícil exigir estar entre las mejores del continente o cuando menos, de la región. ¿Es un problema de recursos?El PGE 2015 asigna a las universidades más de Bs. 6.300 millones (cerca de $ 900 millones) para la gestión de 11 universidades y el CEUB. A cada universidad se presupuesta un monto diferenciado, cuyo criterio de asignación desconozco. Por motivos didácticos asumiremos que la UMSA, UMSS, UAJMS y UAGRM tienen 90, 80, 25 y 100 mil estudiantes respectivamente, por lo que podemos calcular que a cada universidad se le asigna en promedio por cada estudiante más de 15, 13, 16 y 12 mil bolivianos por año respectivamente, así tengan 20 años o más en la Universidad como estudiantes. Mientras que en promedio, cada universidad recibe más de Bs. 5.3, 4.2, 1.5 y 4.8 millones (entre $600 y $760 mil) por día.En 2015, la UMSS ha sufrido más de 17 semanas de paro, que significan más de Bs. 350 millones perdidos, la UAGRM paró por 3 días en lo que va del año con más de Bs. 10 millones perdidos, además que la UMSA  (que quedó con rectorado interino por años) y la  UAJMS no se quedan atrás. Ese es el coste de cerrar las universidades, usualmente ignorado por quienes dicen defender la academia cerrando las puertas de donde se imparte academia.¿Estas millonarias cifras son coyunturales? La Universidad estatal permanece con millonarias cifras desde hace por lo menos una década y los resultados no mejoraron. Tarija, La Paz, Cochabamba y Santa Cruz, las sedes donde hay más estudiantes y mayor cantidad de recursos son los que presentan problemas con mayor frecuencia y violencia. Por lo que la falta de recursos como causa de conflictos y de la baja calidad en las universidades estatales queda descartada. Entonces, si aumentaron los recursos, ¿Qué falta?Cambiaron los ingresos, pero no cambió la forma de administración de las universidades. La forma de administración es el co-gobierno. ¿Y qué es el co-gobierno? Es un sistema de administración adoptado en Bolivia desde agosto de 1952 donde el órgano de máxima decisión lo componen en todos sus niveles (desde rectorado, hasta las direcciones de carrera) 50% docentes, y 50% estudiantes: desde la asignación presupuestaria de cada unidad académica, hasta la selección de profesores y la elección de cargos como el rector y los decanos, incluso la suspensión de clases de “forma excepcional”. Es decir, si usted como estudiante cree que el profesor es muy exigente, puede organizar a sus compañeros, hablar con sus representantes estudiantiles y eliminar a ese profesor exigente de la lista del siguiente semestre con el apoyo de un solo voto de un docente a cambio de un favor político o económico. El co-gobierno no tiene límites y se ampara en una mal interpretada autonomía universitaria.Más de 60 años de ese sistema, con y sin recursos, y no hubo grandes avances salvo limitadas excepciones fruto de magníficos profesores o estudiantes. Esta forma de administración, y que en ningún país tiene un solo caso exitoso, ha significado la oportunidad perdida más grande en la historia de la educación de Bolivia y es peligroso para la región el surgimiento de discursos que politizan la educación universitaria. La forma de administrar la educación no puede salir de una pugna política o de una serie de improvisaciones y no podemos correr el riesgo.¿Qué hacer en Bolivia? Bueno, Roberto Laserna propone una solución para promover la meritocracia y mientras se trabaja en ella, la UMSS debiera devolver el dinero a cada uno de sus 80 mil estudiantes por educación que fue pagada, pero no impartida. Nada es gratis y mucho menos mantener un sistema que desde hace décadas llevó la calidad educativa a la mediocridad y que hoy la está llevando al desastre.En los otros países de la región, quizás deban precautelar y promover la calidad de la educación y generar mayores oportunidades para las nuevas generaciones (estamos viviendo un bono demográfico) bajo criterios técnicos y sin improvisaciones ya que el infierno, como pueden ver, está lleno de buenas intenciones.