Humberto Vacaflor GanamSegún el diario The Huffington Post de Washington, el agente de la DEA Carlos Toro participó en la investigación y captura del panameño Manuel Antonio Noriega, preso por narcotráfico desde hace 25 años en Estados Unidos.Tiene la reputación de ser muy persistente, porque ha intervenido también en la captura de jefes de cárteles mexicanos y colombianos. No suelta presa.Este agente dijo haber iniciado investigaciones en el entorno más cercano del presidente de Bolivia, además de personas vinculadas con el vicepresidente. Lo dijo en medio de una acción que inició a la DEA por servicios prestados.El hecho marca un punto muy alto en un rápido agravamiento de las relaciones de Bolivia con Estados Unidos, que comenzó con la discrepancia sobre el área de cocales existentes en Bolivia, siguió con la decertificación reciente y llega al extremo con la revelación de Carlos Toro.Las reacciones del presidente Evo Morales ante este escalamiento han sido muy tibias, e incluso civilizadas, sin improperios ni agravios, como era su estilo, lo que podría revelar muchas cosas.Llegan estas noticias cuando militares de servicio activo y en retiro han sido capturados llevando droga, cuando grupos de narcotraficantes armados acaban de matar al subteniente Diego Coarite Catacora, y al teniente Fernando Remont, de Umopar, en el territorio del TIPNIS y los cocaleros están ansiosos por la nueva ley de la coca.Y hay una especie de cortina circular de reclamos de los países vecinos, donde se habla de la “impunidad” del narcotráfico en territorio boliviano. Desde Perú llegan las alusiones más directas, sobre todo a que Bolivia se habría convertido en el más importante laboratorio de Sudamérica para la fabricación de cocaína de la mejor pureza, desplazando de ese lugar a Colombia. Algo similar dijo hace dos meses el diario El Tribuno, de Salta.Las exportaciones bolivianas de cocaína se han convertido en tema electoral en Argentina, donde el candidato Sergio Massa comenzó ofreciendo poner al ejército en la frontera y ahora, cuando sus posibilidades de llegar a la presidencia han caído, su lema, su “brand”, ha sido recogido por Mauricio Macri.En Bolivia se ha prestado poca atención a este tema, que se agrava justamente cuando sólo se habla de la re-re-re.