A grandes males.

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Cuando la infección es grande, el antibiótico debe estar a la misma altura, así no es necesario amputar. Y cuando llega el extremo, todos saben que la mejor técnica es “cortar por lo sano”.



Este comentario no está relacionado con la medicina, sino con la economía y sirve para entender lo que está pasando en Argentina, donde un connotado experto dijo que si el país quiere salir de la crisis tiene que aplicar medidas como las que tomó Bolivia en 1985 con la puesta en marcha del famoso decreto 21060 que frenó en seco un proceso inflacionario que había alcanzado récords de 20 mil por ciento anual, tasa concebible solo en épocas de guerra. Y si los argentinos andan mencionando aquellas “inyecciones”, los venezolanos requieren una dosis mayor, pero nadie duda del remedio: amargo, doloroso y seguramente muy invasivo, pues de la misma forma que los antibióticos, los ajustes suelen atacar tanto a los “bichos” malos, como a los buenos y dejan al paciente muy débil, pero con posibilidades de recuperarse.

Los que saben mirar el lado bueno de las cosas, elogian ahora la determinación del expresidente Hernán Siles Zuazo, quien aguantó todo lo que pudo con el objetivo mayor de defender la renaciente democracia, pero renunció cuando la situación se volvió insostenible. Lo triste es que ahora la democracia ha dejado de ser una prioridad y nadie quiere desprenderse del poder.

Fuente: eldia.com.bo