Zavaleta Mercado criticado por H.C.F. Mansilla

LCHRLuis Christian Rivas SalazarEl libro “Una mirada crítica sobre la obra de René Zavaleta Mercado. La cultura política boliviana y el desprecio por la democracia liberal” de H.C.F. Mansilla cae muy mal a muchas personas, porque critica el pensamiento de René Zavaleta Mercado quien ha sido (es) un ídolo del nacionalismo revolucionario fusionado con el marxismo.Zavaleta Mercado el apasionado intelectual ofuscado por la Revolución Agraria de 1952 es enfrentado por el más importante filósofo boliviano contemporáneo. Un autor clásico de los estudios sociológicos bolivianos no puede dejar de ser criticado, después de haber recibido tantas flores de todos los colores por décadas de parte de aquellas personas que leen y escriben profesionalmente. En el epílogo de sus libro, Mansilla trata de responderse: ¿por qué los libros de Zavaleta Mercado son tan populares?, a pesar de esa prosa tan pretenciosa e ininteligible para aparentar ser profunda, es decir, textos que difícilmente pueden ser comprendidos por la mayoría, ¿pero porque tanto cariño de las masas? Y Mansilla se responde: “los textos zavaletianos deben una buena parte de su éxito al hecho de que comparten los prejuicios de una buena parte de la población porque apelan al memorial de agravios de la nación profunda, y lo consolidan, en lugar de analizarlos críticamente”, por eso, es tan querido por ese pueblo infantilizado que puede tener entre sus manos los juguetes que contienen vitalismo, telurismo y una posición paternalista autoritaria como tiene todo gobernante que tiene las riendas para dirigir un pueblo.Mansilla enumera los motivos por los cuales su trabajo caerá mal a los intelectuales bolivianos, como una suerte de anticipación a la crítica o poner en la mesa las objeciones  más profundas que podrían hacerle, como si jugara una partida de ajedrez contra sí mismo, sus tres principales motivos son:1.- Su posición liberal-democrática que no le permite comprender el núcleo argumentativo zavaletiano, ideas que pueden ser calificadas de estrechas y anacrónicas, una suerte de recurrir a la falacia ad hominen  y descalificarlo: “como es demócrata liberal no comprende esto”, pero siguiendo el hilo conductor de la falacia puedo decir que Mansilla como Octavio Paz, son liberales tan, pero tan moderados, que mejor podrían ser llamados socialdemócratas, porque si bien aceptan la libertad política confunden lo que denominan como “neoliberalismo” con mercantilismo, Mansilla es parte de la marxista Escuela de Frankfurt en cuanto a la crítica al capitalismo y lo que denominan racionalidad instrumental, los socialdemócratas no aceptan fácilmente los postulados de la libertad económica teorizada por economistas como Mises, Hayek, Friedman y Rothbard, más bien los desprecian, por lo que Mansilla no puede comprender a cabalidad el funcionamiento del mercado con la acción humana.2.- Dice Mansilla, que se encontrarán postulados irónicos (burla, mofa, escarnio) por lo que se lo calificará como poco serio; pero tal vez desde toda posición irónica exista angustia, desconsuelo, al mismo tiempo escepticismo.3.- Demasiada relevancia en la fenomenología, tomar a Mansilla como el fenomenólogo que analiza la situación del Poder Judicial y su instrumentalización por el Poder Ejecutivo con fines políticos, preocupado por minucias sin que pueda visualizar las “Grandes causas abstractas”, por eso sería reaccionario, anacrónico y enemigo de las mayorías.Finalmente, Mansilla recurre al lema favorito de su caro maestro Karl Marx: “hay que dudar de todo”, aprender a utilizar la curiosidad y el análisis riguroso, desapasionarse para abrazar el conocimiento y dejar de lado el infantilismo político que domina Bolivia.Los Tiempos – Cochabamba