España: ¿Un frente popular?

alvaro_vargas_llosaÁlvaro Vargas LlosaAntes y después de las elecciones generales que tuvieron lugar en España en diciembre planeó sobre este país el fantasma del Frente Popular. La expresión -que describe una alianza de socialistas y comunistas- tiene connotaciones sombrías: el Frente Popular fue, en 1936, la antesala del golpe de Estado y la Guerra Civil que desembocaron en la dictadura de Franco.Desde luego, los tiempos son otros y la historia de los Frentes Populares registra en otros lados experiencias menos devastadoras para la convivencia y las instituciones. Ciertos constreñimientos -la OTAN, la Unión Europea y el euro, para no mencionar a la Constitución española- hacen extremadamente difícil que un Frente Popular pueda destruir la democracia o precipitar la violencia. Pero eso no quita que pueda ser demoledor para la economía y una fuente de encono político malsano, o debilitar más la integridad del territorio español, zaherida por un independentismo que ya tiene el control del gobierno de Cataluña y es fuerte en otros sitios.Pues bien, tras las elecciones no concluyentes y los primeros encontronazos entre los socialistas del Psoe y los radicales de Podemos, que se había presentado a los comicios aliado con algunos grupos regionales soberanistas, pareció alejarse la posibilidad del Frente Popular. Cobró algún vigor la idea de una gran coalición entre el gobernante PP y el Psoe, con apoyo de Ciudadanos, la fuerza emergente de centroderecha que ha recogido algo del descontento con el “establishment”. Sin embargo, un factor decisivo -el líder del Psoe, Pedro Sánchez, para quien la prioridad es desalojar a la centroderecha y tomar el gobierno- impidió que la idea tuviese un desarrollo.El jefe de gobierno Mariano Rajoy, convencido de que unas nuevas elecciones, obligatorias si nadie logra formar gobierno, golpearían mucho al Psoe porque sus votos emigrarían a Podemos y reforzarían al PP con el voto útil, decidió quitar el pie del acelerador y esperar al debate de investidura en que se decidirá si hay o no un nuevo gobierno.Así, en medio de las (no) negociaciones de unos y otros, ha resurgido con fuerza la posibilidad del Frente Popular como alternativa. El Psoe y Podemos han acercado posiciones en algunos temas de representación y procedimiento parlamentario que parecen menores, pero no lo son tanto pues tienen que ver con el riesgo de que los grupos cercanos a Podemos cobren fuerza en un eventual gobierno radical y hagan avanzar la causa soberanista considerablemente. Así, la posibilidad de que un Psoe con sólo 90 diputados de un total de 350 sea gobierno en coalición con Podemos, con los comunistas y algunos independentistas renace de sus cenizas. Sánchez emite señales de que su verdadero objetivo es ese.Es una perspectiva que despierta grandes temores en Europa y Estados Unidos en un contexto internacional de por sí convulso. El empeño de las figuras del partido -conocidas como “barones”- por frenar a su líder parece menor que el de Sánchez por llegar a La Moncloa pagando el precio que tenga que pagar. Quizá lo mueve, además de la ambición, la intuición -que irónicamente comparte con Rajoy- de que si hay nuevas elecciones sus votos emigrarán a Podemos y su liderazgo en el Psoe será historia.Habrá que ver si, ahora que el fantasma del Frente Popular vuelve a planear, la reacción de los barones y baronesas alcanza un grado mayor de intensidad o si, desde la otra orilla, Rajoy decide negociar a fondo con el Psoe para revivir la idea de la gran coalición. Pero nada apunta hoy en esa dirección.La Tercera – Chile