Misicuni restringió información sin que haya cláusula de confidencialidad

PRESIDENTE DE LA EMPRESA MISICUNI, JORGE ALVARADO, EN UNA VISITA A LA PRESA, EL 15 DE FEBRERO PASADO.

Ante la denuncia de tráfico de influencias en la adjudicación de obras de la empresa china CAMC, en el Proyecto Múltiple Misicuni, este medio buscó información sobre el proceso y halló restricciones bajo la explicación de la existencia de una cláusula de confidencialidad. Sin embargo, ayer el asesor jurídico de la Empresa Misicuni, Arturo Arnez, señaló que no existe esa figura y no explicó porqué se limitó la información.

Empresa Misicuni, contrariamente a la información otorgada los días pasados, manifestó ayer que no existen cláusulas de confidencialidad en los contratos firmados con las empresas a cargo de las obras del Proyecto Múltiple como CAMC y la supervisora Engevix.



El 3 de febrero, el periodista Carlos Valverde denunció que la expareja de Evo Morales Gabriela Zapata incurrió en tráfico de influencias al ser ella ejecutiva de la empresa CAMC, empresa que se adjudicó obras en el país por más de 566 millones de dólares.

CAMC se adjudicó tres paquetes en el Proyecto Múltiple Misicuni. Entonces este medio buscó información sobre estos contratos y el 5 de febrero, ante la imposibilidad de contacto con el presidente de la Empresa Misicuni, Jorge Alvarado, ejecutivos de la institución y representantes de la Supervisora explicaron que no podían dar información debido a la existencia de una “cláusula de confidencialidad” en su contrato. Y en Misicuni explicaron que el Directorio delegó a Alvarado como la voz autorizada.

Desde 2014, cuando se firmaron contratos con CAMC, la Supervisora dio también en otros medios de comunicación el argumento de la cláusula para no emitir informes. Lo mismo pasó antes, cuando el Consorcio Hidroeléctrico Misicuni (CHM) trabajaba en las obras.

Ayer, el asesor jurídico de la Empresa Misicuni, Arturo Arnez, explicó que nunca existieron cláusulas de confidencialidad en contratos, en ninguno de los siete referidos a la segunda fase del Proyecto Múltiple, incluidos uno con el Corsorcio Misicuni y con Engevix, antes de 2014. Tampoco en los actuales contratos que son uno con Engevix, tres con la china CAMC y uno con Tecno Suelo.

Arnez dijo que lo que se estipula en los documentos son “compromisos formales”. “Cláusula de confidencialidad” como tal no está escrita. Sin embargo, hay restricciones porque el contrato prevé un conducto de comunicación. “Todos los informes, aspectos técnicos, temas concernientes a la obra deben pasar a conocimiento de la institución a través del Fiscal de Obra”. Y la voz oficial es el presidente de la Empresa Misicuni.

Arnez sostuvo que los contratos en la legislación boliviana no prevén disposiciones de confidencialidad, especialmente los que se suscriben bajo el Decreto Supremo 181 de Normas Básicas de Administración de Bienes y Servicios.

El asesor jurídico de la Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba (FEEPC), Joaquín Lang, agregó que la confidencialidad se utiliza habitualmente en contratos comerciales, para evitar la competencia desleal y que no se filtre información específica. “Y no debería aplicarse a regla muerta”.

Este tipo de cláusulas que suelen usarse con el objetivo de evitar la divulgación de información como contratos sobre seguridad nacional, litigios o juicios, contratos donde se pretende proteger la propiedad intelectual, secreto industrial. En contratos de obras hacen referencia solo a asegurar que la documentación del proyecto sea de propiedad del contratante y que su divulgación no se realice sin su autorización.

El Proyecto Misicuni es un proyecto de carácter público, no privado, y no brindar reportes incurriría en la falta de transparencia.

Fuente: opinion.com.bo