San Matías demanda planes de desarrollo para combatir al narcotráfico

San Matías demanda planes de desarrollo

La militarización de la zona es una medida paliativa, dicen autoridades locales matieñas. Éstas, además de pobladores, exigen caminos y empleo al Gobierno.

Frontera. El templo católico de la localidad cruceña de San Matías, ubicado en la plaza principal. Foto: La Razón-archivo
Frontera. El templo católico de la localidad cruceña de San Matías, ubicado en la plaza principal. Foto: La Razón-archivo 

La Razón  / Iván Condori / Santa Cruz



San Matías, localidad ubicada a 830 kilómetros de la ciudad de Santa Cruz y fronteriza con Brasil, se convirtió en una zona de tránsito de droga hacia territorio brasileño, según autoridades locales y pobladores que exigen atención para el desarrollo de la región.

Esta zona llamó la atención pública tras la muerte de la inspectora del Servicio de Migración Patricia Román, con ocho disparos de arma de fuego, el 25 de diciembre de 2015, a plena luz del día en medio de una fiesta. El asesino, de nacionalidad brasileña, aún es buscado. A raíz de este crimen, el Gobierno determinó militarizar este municipio, debido a las actividades ilícitas del narcotráfico y contrabando y a la presencia de extranjeros.

El comandante Departamental de la Policía de Santa Cruz, coronel Sabino Guzmán, dio cuenta de al menos una decena de asesinatos a sangre fría en San Matías, en 2015, la mayoría vinculados al narcotráfico.

Para conocer la situación actual de esa región, este diario entrevistó vía teléfono a autoridades y representantes locales, para que evalúen los resultados de la militarización, y a matieños que llegaron a Santa Cruz de la Sierra.

Operativo. Para sentar mayor presencia del Estado en esa localidad, el Gobierno aumentó de 5 a 20 el contingente policial, apoyado por 200 militares. En la primera semana del operativo policial denominado Rompe Fronteras, las fuerzas del orden allanaron al menos 15 inmuebles en la zona urbana de San Matías, donde confiscaron cerca de 169 kilos de droga, armas de fuego, dinero en efectivo, precursores químicos y vehículos.

El negocio de los narcotraficantes, según fuentes policiales, se da principalmente porque el valor de su mercancía ilícita aumenta en más del 100% si la hacen pasar a territorio brasileño. Pobladores dijeron que por las noches transitan carros sin placa, presuntamente con carga ilegal.

Ubicación del lugar

San Matías tiene como actividades económicas principales a la agricultura y ganadería. Pero a raíz del narcotráfico, a decir de los matieños, hay temporadas en que la violencia recrudece y el éxodo desatado por este ilícito escala. Familias enteras de las áreas rurales y urbanas huyen a otras zonas.

El ministro de Gobierno, Carlos Romero, admitió la presencia de organizaciones criminales vinculadas al narcotráfico que operan en el municipio de San Matías. Anunció que gestionará ante  la Policía Federal de Brasil el realizar operativos paralelos, a fin de desbaratar a esas estructuras. “Se realiza una profunda investigación en la zona para esclarecer e identificar a los responsables y los circuitos comprometidos con la sustancia controlada”, informó.

El presidente del Comité Cívico de San Matías, Wálter Núñez, cauto en sus declaraciones, indicó que a ese municipio siempre se lo ha considerado zona “roja del narcotráfico” y que él no ha tenido problemas en los últimos 40 años que vive ahí. “Quien se mete a cosas ilícitas, necesariamente tiene que esperar resultados negativos”.

Desde la perspectiva del cívico, desafortunadamente existe el narcotráfico en esa región por tratarse de una zona fronteriza. “Hay que aclarar que aquí no hay fábricas de droga, sino que es una zona de tránsito de la mercancía, es decir que las organizaciones criminales utilizan esta vía para traficar al vecino país”.

Una matieña de unos 58 años señaló que la tranquilidad del pueblo fue interrumpida desde que llegó gente foránea dedicada a lo ilícito. “Ahora ellos tienen el control del pueblo, quienes mandan a golpear a quienes interfieren en sus negocios e incluso matan, como a un animal, y nadie dice nada”, lamentó.

La mujer agregó que nadie se anima a hablar del narcotráfico en San Matías por temor. “Ni yo lo haría porque tengo familia, si le cuento esto es porque estoy lejos de mi pueblo, y espero que no coloque mi nombre, si no, va a ser responsable de que me manden temprano ante la ‘huesuda’”, indicó la mujer entre risas mientras observaba el alto tráfico vehicular.

Necesidades. En criterio del subgobernador de la provincia cruceña Ángel Sandoval, Matías Gil, y del alcalde de San Matías, Fabio López, el narcotráfico puede ser erradicado a través de políticas de desarrollo en la zona, como la creación de fuentes de empleo y la apertura de carreteras que la vinculen con otras regiones.

Un hombre de 68 años, que llegó a Santa Cruz de la Sierra desde San Matías por cuestiones de salud, sostuvo que por la falta de oportunidades de trabajo, los jóvenes se ven involucrados en tareas ilícitas y que muchos de ellos terminan mal. “Allí mandan los narcos y mucha gente ha llegado a trabajar con ellos, haciendo pasar mercancía al vecino país. Quien se mete con ellos, se atienen a las consecuencias”.

Florentino, quien llegó a la capital cruceña en busca de mejores días, expresó que en San Matías  es normal ver o enterarse de que mataron a una persona a balazos o la atropellaron, esto generalmente ocurre porque incumplieron algún acuerdo o decidieron salir del negocio de las drogas.

Gumercinda, una mujer de 61 años, indicó que los narcos llegaron al pueblo para quebrar la paz y despertar la inocencia de los jóvenes, pues hoy muchos de ellos dejaron la escuela para irse a trabajar con los narcos. El Estado tiene mayor presencia

El viceministro de Régimen Interior, Marcelo Elío, dijo que con el traslado de más policías y la incorporación de los conscriptos militares en tareas de vigilancia se sienta la presencia del Estado en el municipio fronterizo de San Matías. No obstante, las autoridades locales sostuvieron que es una medida paliativa al problema del narcotráfico en esa zona.

Elío reconoció que se tropieza con una serie de dificultades en el traslado de uniformados a zonas alejadas, como es el caso de San Matías. “Lo importante es que se ha frenado la violencia, ya la gente puede salir a las calles sin problema”.

A decir de la autoridad del Gobierno, el asesinato de la funcionaria de Migración fue la gota que colmó el vaso, pues hizo que se enviara más policías y se contara con la presencia de soldados en tareas de seguridad.

“Ahora será importante que las autoridades locales y departamentales formen parte de esta iniciativa del Gobierno central, a través del apoyo con logística, como la dotación de viviendas para los uniformados”, manifestó.

La inclusión de los militares en las tareas de vigilancia eventualmente habría devuelto la tranquilidad a la población que se encontraba horrorizada por los asesinatos a sangre fría. Para el alcalde Fabio López y el subgobernador Matías Gil la medida es paliativa y no definitiva.

Gil demandó la generación de empleos para que la gente no se involucre en la labor ilícita del narcotráfico. Él y López exigieron la apertura de carreteras para la integración con otras zonas.

camino. Un matieño en bicicleta en una carretera de tierra de San Matías. Foto: La Razón-archivo camino. Un matieño en bicicleta en una carretera de tierra de San Matías. Foto: La Razón-archivo