Antes y después

Estremadoiro3Winston EstremadoiroMe inspiraron especulaciones la yuxtaposición de fotos de Pastora Cristina Choque Espinoza, ex jefa de la Unidad de Gestión Social del Ministerio de la Presidencia, y de Gabriela Zapata Montaño, una menor de edad que a sus tiernos diecisiete fue seducida por el poderoso afrodisíaco del poder (Víctor Paz Estenssoro dixit) de nuestro rijoso Presidente cincuentón. Incluso tuvo un hijo para él, que no estaba muerto y ni andaba de parranda, sino escondido por ahí. La fotos son un antes y un después de los “originarios” y “originarias” desmintiendo el orgullo étnico, demostrando que los ‘indígenoides’ quieren ser ‘mestizoides’, y éstos ‘blancoides’, y ellos ‘gringoides’.La primera conjetura es una conclusión lógica: en el botox de los labios de la Zapata y el peinado teñido de platinado con ‘rayitos’ y sin tener a mano una foto de su cuerpo entero, presumiblemente en sus exuberantes senos, la huata plana como de quinceañera y sus nalgas de pelotas de voleibol, hay evidencia de ingresos originados en el tráfico de influencias. Tal vez llenaron la cuenta bancaria de algún cirujano plástico, y prestigiaron algún salón oloroso de amoníaco. No fueron servicios “tisgra”, por supuesto.La segunda especulación es que en tres años el privilegiado de sus favores sexuales no sufriese el trance del “no me vino” con que la fémina avisa de buenas o malas nuevas del encontrón de un pícaro espermatozoide con un fértil óvulo. ¿Será tan ingenuo el Presidente que en el “ring de las cuatro perillas”, según Sofocleto, no se percató de la barriguita de la Zapata?La tercera pregunta es que si los supuestos delitos fueron cometidos en la oficina de la primera dama de la nación, a la que habría ingresado más de 40 veces con la sumisa complicidad de quien era la jefa: Pastora Choque, ¿cómo es que el Ministro de la Presidencia “no la conoce en forma física” a la Zapata siendo uña y carne del primer mandatario?Son conjeturas que exacerban el morbo de la gente (y el mío, que también soy hijo imperfecto de Dios). Son dañinas para el chiquillo convertido en víctima de un tira y afloja mediático, que al inicio seguro ha sufrido por sus compañeros de escuela, crueles que son los “pelaos”. Pero no me vengan con que la Zapata es ‘una pobrecita’. A esos diecisiete al que todos quisieran volver, los jóvenes de hoy ya saben de sexo y no es porque los bebés vienen de París traídos por la cigüeña.A su vez, el principal de Palacio tiene nomás su historia. Sin contar algunos cohetillos por ahí, se podría hablar de una colección multicultural y plurilingüe en su haber amoroso. La que le acompañó en noches de adoctrinamiento ideológico; la que le hizo probar el “amor a la mexicana”; la europea quizá de fragancia láctea; las cholitas con sabor a carne de monte; la blancoide de rancia alcurnia. Como el tigre, tal vez se cebó por la carne tierna con la quinceañera que hace intocable a la responsable del Fondioc. Tenía nomás que suceder una menor de edad con pretensión de primera dama, y el que monta también manda, ¿quién hizo de la vista gorda de que la CAMC era fantasma, y las perforadoras chinas estaban k’asas?Muchos admiran, si no envidian, que nuestro Presidente monte y mande. Sin embargo, la vida privada de los poderosos se vuelve pública en esta era de mordacidad amarillista de diarios de a peso, ‘photoshop’ y ‘whatsapp’ de celulares. Son eficaces armas del humor irónico de la gente. Pero esta vez distraen en contra del Gobierno, que siempre ha usado los dimes y diretes escandalosos como fuegos de artificio que desviaban la atención del público de los asuntos importantes que pudieran dañarle.¿Qué es lo censurable y delincuencial en lo que un diario hace mofa como “Zapatagül”, aludiendo a una telenovela turca de moda? Primero, enfoca luz sobre el poder casi omnímodo del Presidente, a despecho de una democracia de poderes independientes, que hoy tiene un Legislativo con mayoría de levanta-manos y un Judicial atemorizado u obsecuente. Segundo, este es un régimen megalómano que so pretexto de agilizar, soslaya las leyes que norman los procesos de licitación: la puja para lograr contratos es un carnaval donde reina la ‘coimisión’, deducida muchas veces de la calidad de las obras. Tercero, tanto esfuerzo para lograr la Ley Safco para cortar las uñas a funcionarios venales; hoy se la soslaya o cierne a ladrones y responsables residuales con tamiz político-partidario a su favor: para evidenciarlo basta batir la olla podrida del Fondo Indígena: ‘originarios’ robando a indígenas, ¡qué vergüenza!El meollo es la corrupción, tema común en América Latina pero más doloroso en los regímenes del Socialismo del Siglo 21, que se encumbraron con una catapulta que prometía cambio y que a la postre son una mezcla de populismo autoritario y podredumbre generalizada. En Bolivia, la solución vendrá de afuera, como siempre. El desastre de Venezuela ya fue derrotado en las urnas; saldrán los trapitos al sol de los abusos kirchneristas en Argentina; se cierra el nudo en el cuello de Lula da Silva en Brasil. Los reverberos del Lava Jato en la justicia brasileña afectarán también a Evo Morales, ya salpicado por la corrupción del Fondo Indígena y el tráfico de influencias de una de sus queridas.El Día – Santa Cruz