Este es el siniestro origen del amor y la monogamia

El romance puede haber existido de alguna manera antes del origen de la humanidad y muchos creen que se originó de la muerte y la violencia.Sabemos los procesos biológicos que sufrimos al enamorarnos, nuestro corazón late más fuerte, las glándulas se abren al sudor y nuestro cuerpo empieza a producir hormonas.

Y sin duda el amor tiene una gran presencia en la humanidad y un rol más que importante.¡Conoce su siniestro origen!

El origen del amor



Si ponemos atención en la evolución del amor en el reino animal, se hace evidente que el amor tiene sus comienzos mucho antes de la llegada de la humanidad. Y ese origen hasta puede ser un poco siniestro…Según el artículo publicado por la BBC, el concepto del amor tal como hoy lo conocemos comenzó su camino con el sexo, y su manera de transmitir los genes de un organismo a la siguiente generación.

La evolución necesaria

Para llegar al amor, la vida primero necesitó de un cerebro capaz de lidiar con las emociones. No fue hasta unos pocos millones de años después de que comenzó la vida, que el cerebro comenzó su viaje a la existencia. Comenzando primero como un pequeño grupo de células.Si avanzamos rápido, hace unos 60 millones de años, aparecieron los primeros miembros de nuestra familia, los primates. Y durante millones de años más, algunos primates comenzaron a desarrollar cerebros cada vez más grandes hasta la evolución de la humanidad.Pero eso sin duda significó un problema, a medida que nuestros cerebros crecían, los bebés tenían que nacer más temprano en el desarrollo, de lo contrario sus cabezas serían demasiado grandes para pasar a través del canal de parto.Como resultado, los bebés gorilas, chimpancés y humanos son casi enteramente inútiles y por eso necesitan del cuidado de sus padres. Eso por supuesto trajo otro riesgo.

El comportamiento del macho

delfin

En base a esto, Kit Opie y sus colegas de la Universidad College de Londres, propusieron una teoría. Casi un tercio de los primates forman relaciones monógamas entre hombres y mujeres, y en 2013 Opie sugirió que este comportamiento ha evolucionado para prevenir el infanticidio.Su equipo observó de nuevo el árbol de la familia de los primates para reconstruir cómo los comportamientos como el apareamiento y la crianza de los hijos cambian en el transcurso de la evolución. Su análisis sugiere que el infanticidio ha sido la fuerza impulsora para la monogamia durante 20 millones de años, ya que precedió a la monogamia constantemente en evolución.Otras especies encontraron diferentes soluciones, por lo que no todos los primates son monógamos. Por ejemplo, los chimpancés y los bonobos minimizan el riesgo de infanticidio siendo altamente promiscuos, de esta forma los machos no matan a los bebés porque no saben que son suyos.

El vínculo entre la pareja

Para el investigador Robin Dunbar de la Universidad de Oxford, este proceso puede haber sido una calle de sentido único. Se podría haber dado lugar a importantes cambios en el cerebro para mantener el vínculo de pareja para toda la vida, lo que incluye una preferencia por la pareja y un antagonismo hacia los posibles rivales.Esto a su vez podría haber sido la «patada» que cambió la evolución humana, dice Opie. El cuidado extra de los machos ayudó a que las primeras sociedades humanas puedan crecer y prosperar, permitiendo que nuestros cerebros crecieran más que nuestros parientes más cercanos.Como sostiene el artículo, hay evidencia para respaldar esa teoría. A medida que el crecimiento del cerebro se comenzó a expandir, también lo hicieron la cooperación y el tamaño de los grupos. Podemos ver ese tendencia hacia los grupos más grandes y más cooperación en la especie Homo erectus, que vivió hace casi dos millones de años.Además,  los aspectos del amor dependen de las regiones del cerebro que solo aparecen recientemente en nuestra historia evolutiva.

El amor y el cerebro

Esto es conocido por ser importante para ciertos aspectos del lenguaje, como las metáforas. Y tiene algún sentido, ya que sin un lenguaje complejo no podemos expresar los aspectos más refinados e intensos de nuestras emociones. Posiblemente, el giro angular de Shakespeare estaba activo cuando escribió sus sonetos de amor.El giro angular solo se encuentra en los simios grandes y los humanos. Aunque según Cacioppo no se sabe qué rol juega en los simios porque los experimentos no se han realizado en ellos.De todos modos, los hallazgos de esta investigadora ofrecen cierto apoyo a la idea de que nuestro cerebro en crecimiento ayudó a florecer el amor.Sin embargo, la idea de Opie de que el infanticidio comenzó el proceso, es objeto de controversia. No todo el mundo está de acuerdo en que desempeñó un papel en el desarrollo de la monogamia.

Investigaciones en especies

Un estudio de 2014 sugiere que la monogamia se desarrolló como una consecuencia de una estrategia de vigilancia es decir, los machos se quedan con una hembra para garantizar que ningún otro esté con ella.Un año después otro estudio reconstruyó la evolución de otro grupo de primates, los lemures. Se encontró que la competencia femenina habría animado los enlaces de a pares.Pero para Opie, estos estudios no pueden utilizarse para determinar el cambio a la monogamia.Muchos primates viven bien sin padres juntos y sin buscar el amor. Sin embargo todos tienen en común el fuerte vínculo entre madre e hijo.

Las etapas del amor

La primera etapa es el deseo sexual que sentimos por la otra persona, tocar a esa persona nos hace liberar químicos que nos ayudan a sentirnos bien y a experimentar un intenso deseo.Otra etapa es el amor romántico, los químicos que liberamos como la dopamina y la hormona oxitocina nos acercan a la otra persona.En esta etapa nos sentimos locamente enamorados, lo que hace que no procesemos nuestro mundo alrededor y suprimimos algunos áreas de nuestro cerebro.La serotonina que nos ayuda a sentirnos calmados, también es suprimida, y por eso ese sentimiento de obsesión hacia el amor.Lo que la evolución quiere del estado de enamoramiento es que dos individuos pasen mucho tiempo juntos para poder  procrear. Pero una vez que lo hacen las parejas no permanecen entrelazadas para siempre.Como sugería Sussman, el amor puede haber evolucionado del vínculo entre madre e hijo ya que dependen de los mismos procesos hormonales.Tanto en animales como en humanos, las investigaciones han demostrado que la separación de un ser querido crea sentimientos similares al dolor emocional, por ende tiene sentido que queramos evitar ese dolor de la separación permaneciendo en pareja.Fuente: www.imujer.com