Vargas: “Duele que te consideren un monstruo”

Es el máximo goleador de la Liga (8) gracias a una levantada espectacular que viene experimentando desde hace cuatro años. Vargas aclara que mucho de esto se lo debe a Mauricio Soria.
LIGA

Vargas luce bien y lo ha demostrado en cancha. Quiere seguir en ascenso. Foto: APG

Mira a la selección y su apoyo es constante. Y pese a que no fue convocado para estas dos fechas de eliminatorias, no pierde la fe. Carlos Eduardo Vargas es hoy el goleador del Clausura (ocho goles en nueve partidos) y ha comenzado a tomar relevancia porque, lo es, jugando para Real Potosí que está penúltimo en la tabla. No esconde los errores del pasado que le impidieron explotar antes. Es más, dice que limpiará esa imagen de ‘hombre de la noche’ porque se tiene fe. Ha llegado a bajar 17 kg (hoy pesa 77 kg) que le han permitido sentirse como un profesional. “Mauricio Soria, en Wilstermann, me dio otro rumbo”, dijo.

¿Es tu mejor arranque?
Sí, el mejor, pero esto viene de tiempo, desde cuando ascendí con Wilstermann con Mauricio Soria como entrenador. Él me enseñó mucho del cuidado personal, pero no se logra de golpe; capaz que en esa época jugaba con 90 kilos, y con exceso de peso no se saca ventaja de nada. Pero desde Wilster ya vengo con un cuidado en la alimentación, con proteínas, comiendo mejor, y he ido bajando torneo tras torneo, de a tres o cuatro kilos. Gracias a Dios que viniendo a Real Potosí he logrado continuidad.



¿Qué hizo Mauricio Soria?
Fue un técnico que influyó mucho en mi persona, porque siendo joven me gustaban las trasnochadas, las discotecas y Soria me hizo pisar tierra firme, habló conmigo, me preguntó si podía cuidarme, si podía dejar de tomar porque ya le habían contado todo lo que hacía. Y lo nombro a él porque me guió y me ayudó para seguir jugando, ya que si seguía al ritmo de antes, capaz que ya hubiera dejado el fútbol.

¿Cuánto pesás ahora?
Ahora estoy con 77. Antes, cuando estuve en La Paz F.C. con el profesor Sergio Apaza, nos llevaron a la balanza y pesé ¡94 kilos empezando la temporada!. Pero es como te digo, no ha sido de golpe sino año tras año, bajando de a poco. Cuando Gustavo Quinteros me convocó a un microciclo con la selección llegué con 87 y era difícil que me hubiera podido quedar así.

¿En este momento te sientes un profesional de verdad?
Sí. Tengo el apoyo de mi esposa, sabe qué cocinarme y además, priorizo mucho el descanso. En esta etapa de mi vida creo que estoy logrando ser un jugador profesional.

¿Te costó cambiar de rutina?
Cuesta, porque la verdad que a veces cuando uno es futbolista le aparecen muchas cosas, salidas, discotecas, y cuando uno es joven, no sabes decir no. Yo tuve que sentar cabeza, estar con mi familia y lucharla, gracias también a los consejos de mis padres y hermanos que no bajaron la guardia. Con esa ayuda he podido cambiar de a poco y ahora puedo tomar otro rumbo.

¿Cómo terminaste firmando para Real Potosí?
Mi hija nació cerrando el libro de pases. Hablé con Omar Vaca (el que lo representa) y le dije que me iba al equipo que me esperara, que me aguantara un poco porque quería estar en el nacimiento de mi hija. Él se contactó con Marco Ortega a quien igual le habían comentado muchas cosas mías por temas de indisciplina. Y valoro que aún así, él confió y se arriesgó jugándosela por mí. Una de sus palabras cuando hablé con él fue que no lo defraude, que cuando quiera hacer algo malo que piense que él me dio la oportunidad de venir a Real Potosí; pero no había pena porque hacía unos cuatro o cinco años que había cambiado cuando me agarró fuerte Mauricio Soria.

¿Has pasado momentos difíciles por ser señalado?
La verdad que es complicado por todos los antecedentes que uno tiene. Hasta el día de hoy me apuntan o piensan que uno sigue con la misma vida, cuesta limpiarse, cuesta porque antes no pensaba bien las cosas. Algunos dicen de vos que sos un tal, un cual, un trasnochador, borracho. Lastimosamente me hice conocer así y lo único que me queda en adelante, es limpiar esa imagen que yo mismo me gané.

¿Qué tipo de actitud asumes en el trabajo?
Llego más temprano que todos, trato de hacer gimnasio, ya que antes ni por si acaso alzaba una pesa. Con cada cuerpo técnico que llega, trato de conversar, de hablar con el prepardor físico para que me ayude, porque a veces uno trabaja solo pero no sabe, en cambio un preparador físico te puede guiar. Ahora con la llegada de Julio Toresani, hice lo mismo con el profesional que lo acompaña. Tras el entrenamiento, salgo volando a recoger a mi hija del colegio, pero ya con la consciencia de haber trabajado bien desde antes de la hora marcada para el inicio del trabajo. 

¿Te sorprendió que no te hubieran llamado a la selección?
Sorprenderme, no, la verdad que estoy bien porque estoy tratando primero de consolidarme acá; no quisiera ir a la selección a ser uno más. Creo que me falta madurar un poco futbolísticamente para ser un aporte. Por ahora, solo Dios sabe, siempre digo que los tiempos de Dios son perfectos y espero que cuando me toque ir esté bien preparado para ayudar.

¿No te desanima siendo vos el goleador del torneo ahora?
No, la verdad que no. Ustedes saben que yo no estoy acostumbrado a ir a la selección nacional. Cuando estaba Gustavo Quinteros como seleccionador, me convocó a unos seis microciclos y capaz que me agarró en una etapa muy inmadura en mi carrera. Con él nunca logré quedarme porque llevaba una vida desordenada, no andaba por buen camino y eso te cuesta.

¿Qué le falta en estos momentos a Carlos Vargas?
Hoy estoy tranquilo, pero no conforme. Me siento tranquilo por el camino en el que voy, trabajando bien, mejorando día a día, pero sin conformarme porque sé que puedo dar un poco más por el equipo. Confío que con la bendición de Dios todos los objetivos trazados se puedan lograr.

¿Cómo hacés para ser el goleador en un equipo que está penúltimo en las posiciones?
Quizá hoy estamos pasando por una situación complicada pero gracias a Dios tenemos un grupo sólido, con buenas personas. Hoy los resultados no nos acompañan, pero somos conscientes que la única forma de despegar, es con trabajo; hay que remar hacia adelante porque no queda otra. Ser solidario con el compañero, con el cuerpo técnico y la dirigencia. Con el profe Toresani estamos trabajando bien y pienso que vamos a salir pronto de la situación en que estamos.

¿Cómo te ves de aquí a poco en el fútbol?
Primero, quiero dejarlo a Real Potosí más arriba, tratar de que salga de esta incómoda situación, incluso de la tabla del descenso. Y después, uno siempre aspira a estar en un equipo más grande, a salir fuera del país, pero primero es lo primero. Hay que defender los colores de Real Potosí de la mejor manera que se pueda.

¿Tenés alguna deuda personal, alguna deuda por saldar?
Quiero limpiar mi imagen, la verdad que a veces duele que algunos te consideren un monstruo, un transnochador, un borracho. Uno cuando es joven no piensa en esas cosas. Ahora que estoy grande, me duele todo lo que ha sufrido mi padre, mi madre, mi esposa… y quisiera limpiar esa imagen que yo mismo me gané.

¿Qué te parecen los delanteros que hoy tiene la selección?
Yasmani Duk es uno de los delanteros que más me gusta, por su voluntad, porque pelea todas las pelotas. Es un gran aporte a la selección. De Rodrigo Ramallo está claro que es un goleador nato, que cada pelota que tiene la define fácil. Y al ‘Conejo’ (Arce) todo el mundo lo conoce, su velocidad, es rápido, escurridizo y demostró que a la hora de definir es frío. Todos son buenos.

¿Qué puedes copiar?
Siempre me ha gustado el juego de Yasmani (Duk) desde cuando jugaba en La Paz F.C. donde sobresalió para luego retornar a Oriente. Me gusta su entrega, la humildad para pelear todos los balones y ha demostrado que tiene talla para jugar en la selección. La entrega suya en cada partido es algo para admirar.

¿Si te tocara hacerte una autocrítica, qué dirías?
Pienso que me falta velocidad. Si bien eso es lo que más le pido a los preparadores físicos para que trabajen conmigo, todavía no logro lo que pretendo. Es cierto que tengo menos peso, pero aún me siento un poco lento. Estoy trabajando para afinar ese punto, porque también a medida que uno baja de peso, pierde fuerzas.

¿Con quién te entendes mejor en Real Potosí?
Nos ha tocado jugar muchos partidos con Gilbert (Álvarez) y con Dustin (Maldonado) y siento que cuando salimos de contra, la velocidad de ambos me genera muchos espacios. Ahora también estoy jugando con Tony Rojano, un chico argentino muy criterioso. Eso ayuda a que pueda definir todos los balones que toque.

¿Cómo te ves al final de la temporada?
Con Real Potosí,  de mitad de tabla hacia arriba. Eso es lo que queremos, pero sabemos que debemos ir paso a paso, pensando en un partido a la vez. La verdad que el profe nos está trabajando en aspectos importantes y vamos a ir levantando. El primer objetivo es Petrolero.

¿En qué equipo te gustaría finalizar tu carrera?
Yo soy hincha de Blooming. La verdad que desde que tengo uso de razón, mi padre siempre me llevó a verlo jugar. Hoy juega mi primo Pablo Salinas ahí (sus madres son hermanas), a quien admiro mucho. Pero hay un equipo que me agrada, con el que me encariñé: The Strongest. Cuando Pablo (Salinas) estuvo ahí, fui con él a entrenarme pero no me pude quedar y recalé en La Paz F.C. Pero le tomé un gran cariño al club y no dudo en decir que me gustaría terminar mi carrera jugando en el Tigre. Es una gran institución y espero poder logarlo algún día 

Fuente: diez.bo