CAMC debe ser la más beneficiada con la estrategia distractiva

Tuffí AréTuffí AréJefe de redacción…cara a cara_La empresa CAMC debe ser la más beneficiada con la estrategia distractiva y de victimización que se reforzó la semana pasada en el caso Zapata. Hay preguntas básicas que sus ejecutivos deberían responder: 1.-¿Cómo explican haber contratado a la expareja del presidente en el cargo de gerente comercial sin siquiera certificar su título profesional?; 2.-¿Qué rol tuvo Gabriela Zapata en el relacionamiento institucional de CAMC en Bolivia y en China?; 3.-¿Tuvo algún papel Zapata en las negociaciones de los contratos y en alguna otra actividad de CAMC con el Gobierno después de 2013?; 4.-¿Por qué los abogados de CAMC hicieron una férrea defensa de la exgerente tras la denuncia de Carlos Valverde y por qué la despidió dos semanas después? Casi nadie se ha interesado en hallar respuestas a estas interrogantes que pueden desvirtuar o confirmar una denuncia de tráfico de influencias. ¿Y CAMC? Por ahora tranquila._EL DEBER hizo “méritos” para estar en el fantasioso invento del ‘cártel de la mentira’ por los siguientes motivos centrales que expuso un ministro en el Legislativo: 1.-Por abrir sus espacios a Carlos Valverde; 2.-Por volcarse a defender a los abogados de Gabriela Zapata; y 3.-Por los puntos de vista de sus columnistas y opinadores. O sea, para salir del despreciable ‘cártel de la mentira’ y entrar al virtuoso ‘cártel de la verdad’, EL DEBER tendría que vetar a Carlos Valverde, silenciar a los abogados defensores de Zapata y aceptar en sus páginas solo a columnistas que agraden y avalen incondicionalmente las versiones del Gobierno. Cómoda salida para librarse de los ataques del poder y de sus seguidores, pero funesta para nuestros lectores. Por supuesto que nos quedamos fielmente con nuestros lectores, aunque el costo sea muy alto.EL DEBER