Claudio Ranieri, el hombre que llevó al Leicester a lo más alto

Tras un breve y olvidable paso por la selección de Grecia, el entrenador italiano desembarcó en el humilde equipo inglés con una estrategia basada en esfuerzo, trabajo, compañerismo y pizzas

Joan Simun Edmundsson marcó el segundo gol de su selección en el certamen, el primero en condición de visitante y el que quedó en la historia, por haber sellado el marcado a favor de Islas Feroe 1 a 0 ante Grecia, en Atenas.

Aquel tanto, que significó la primera victoria en la clasificación para la Eurocopa de Francia 2016 de esta pequeña nación que ocupa un archipiélago ubicado en el Atlántico Norte, entre Islandia y Reino Unido, también significó el final de la carrera de Claudio Ranieri al frente de la selección de Grecia.

«Este es un pequeño club que le está mostrando al mundo lo que se puede lograr con espíritu y determinación»

Con solamente un punto conseguido en cuatro presentaciones, tras el empate 1 a 1 ante Finlandia, el abultado currículum del entrenador ya no significaba nada para los dirigentes griegos, quienes decidieron culminar su contrato y archivarlo en el expediente de los fracasos.

A los 63 años, el hombre que había hecho historia con la Fiorentina, al ascenderla a la Serie A en 1994, levantar la Copa Italia en 1995 y vencer al Milan en la Supercopa de Italia ese mismo año, veía cómo su ambición de triunfar en una selección se esfumaba.

«Somos como Forrest Gump, no podemos dejar de correr»

Sin embargo, un desconocido club inglés que había logrado salvarse del descenso gracias a las siete victorias en las últimas nueve fechas de la Premier League 2014/15 decidía darle la oportunidad de reivindicarse en una liga que ya había conocido con el Chelsea entre 2000 y 2004.

«¿Claudio Ranieri? ¿De verdad?», tuiteaba el ex jugador del Leicester Gary Lineker, al conocer la noticia de que el italiano arribaría al club.

«¿Qué puedo decir? Soy italiano. Amo mi pizza y mi pasta»

Parado frente a todo un plantel que veía a un director técnico con más pasado que futuro, que había salvado al Valencia del descenso en 1998 y que lo había llevado a conquistar la Copa del Rey en la temporada 98/99, pero cuyo paso por el Mónaco francés había terminado abruptamente tras haber sido eliminado de la Copa de Francia en manos del débil Guingamp –de la segunda división gala– en mayo de 2014, Ranieri propuso una estrategia cuyos resultados ni si quiera él imaginó.

Una simple motivación fue suficiente para incentivar al equipo de manera tal que pronto haría historia: Cada vez que el conjunto finalizara con la valla invicta, Ranieri invitaría una ronda de pizzas.

«Jugamos con once pero 31.000 personas están empujando detrás nuestro»

Es cierto, el arco no era defendido por Gianluigi Buffon, como en la Juventus de 2006/07; en la saga central no estaba Ricardo Carvalho, como en el Mónaco de 2013; la pelota no podría circular tan fácilmente por el mediocampo como la hacía circular Frank Lampard en el Chelsea de 2004 y adelante no estaba Francesco Totti para meter el balón dentro del arco rival, como en la Roma de 2010.

Pero el esfuerzo, el trabajo y los buenos resultados convirtieron a Jamie Vardy en delantero de la selección inglesa; a Riyad Mahrez, en el mejor jugador de Premier League; al portero Kasper Schmeichel, en posible refuerzo del Barcelona; y al Leicester, en uno de los mejores equipos del planeta.

«En esta liga hay ‘superequipos, pero tenemos que intentar. ¿Por qué no?»

Claudio Ranieri debutó como defensor de la Roma en 1973, se retiró en 1986 tras haber jugado en FC Catanzaro, Catania y Palermo. Como entrenador dirigió al Cagliardi, Napoli, Fiorentina, Valencia, Atlético Madrid, Chelsea, Parma, Juventus, Roma, Milan, Mónaco, Grecia y en la temporada 2015/16 sacó a Leicester City campeón de la Premier League.

Fuente: infobae.com