Menos empleos legales

CAJIASLupe CajíasDudé en ser más ama de casa o más patriota cuando me informaron que los precios en un supermercado paceño eran muy favorables para la canasta familiar. Fui con mi lista de compras mensual y encontré que las galletas, la gelatina, los jabones y hasta los lácteos eran baratos, pero no tenían el sello ‘Hecho en Bolivia’.Como ama de casa podría comprar artículos de cualquier procedencia ahorrando unos pesos, pero como patriota me duele comprobar que la economía próspera por los precios internacionales no ayudó a fortalecer una política para los industriales nacionales. No solo es el comercio informal que ahora inunda todo, como las salidas en las estaciones de teleféricos, sino las ofertas en los mismos negocios establecidos.Ello significa menos empleos formales, con seguro social y aguinaldos, para decenas de familias que vivían con ingresos fijos. Los artesanos están ahogados por los (malos) productos chinos. Las antiguas multifacéticas mypes no logran salir a flote y declaran los representantes de las cámaras empresariales que sus afiliados disminuyen en todo el país. Tanto cuesta animarse a invertir en Bolivia y con qué facilidad reciben el puntapié.Fui a comprar algo por el Día de la Madre. No pude entrar a la tienda de ropa La Polonesa porque está cercada por una verja desde hace cinco semanas que gráficamente mantiene aislado al Gobierno. En la calle Potosí, en la tienda de medias, solo queda una empleada y además me informa que la fábrica produce menos y ellos venden ahora ‘casado’, boliviano y extranjero.También hay menos empleados en la chocolatería. Y en la sucursal de los famosos embutidos atiende solo una de las tres que había. Ella busca el producto en la trastienda, pesa y cobra. El doble aguinaldo cobra su factura. No resisten los productores legales que alertaron al ministro de Economía sin ser escuchados. ¿Visitarán las autoridades esos rincones cotidianos?A la lista se añaden laboratorios farmacéuticos, industrias alimenticias, panaderías, textileras privadas o estatales. Los 800 cesantes de Enatex son el rostro más visible, no el único. También han rescindido contratos laborales entidades sociales que no pueden aumentar salarios. ¿Cómo pedir más gastos a las asociaciones, a las fundaciones, a los clubes que funcionan a base de cuotas y que ya no pueden pedir más a sus socios?Al salir del nombrado supermercado noté que funcionan menos cajas y, de hecho, nadie ayuda a embalar. Aun con productos extranjeros suben sus costos. Los economistas lo explicarán a su modo, yo cuento lo que vivo.El Deber – Santa Cruz