Acusan al conductor de arrancar bruscamente cuando la joven de 13 años descendía en la cuadra de su domicilio.
Ref. Fotografia: El cuerpo de la niña fue velado en el salón velatorio de Coopaguas de la Villa.
Dolor, deudas y desconsuelo dejó la muerte de Gianella Inés Rebollo Jiménez, quien murió la mañana del pasado sábado tras permanecer más de 72 horas en coma profundo luego de sufrir un accidente de tránsito el miércoles, en la avenida 30 de Octubre del barrio Onduline. La estudiante de 13 años junto a un grupo de compañeras del colegio Ramón Darío Gutiérrez, abordó un micro de la línea 96 rojo y una cuadra antes de su domicilio se bajaron sus amigas. Inés quiso hacer lo mismo en la siguiente cuadra pero el conductor no detuvo su marcha y avanzó media cuadra. «Ni bien mi hermana puso un pie para bajar del micro, este arrancó y la tumbó de nuca contra el pavimento», comentó su hermano, Herlan Rebollo, ayer en el salón velatorio de Coopaguas. La escolar del 1ro de secundaria fue auxiliada por el conductor del micro quien la trasladó hasta una clínica particular donde ingresó con un cuadro crítico a la unidad de Terapia Intensiva. El conductor responsable del hecho guarda detención preventiva en la cárcel de Palmasola por el delito de lesiones gravísimas en accidente de tránsito luego de someterse a un proceso abreviado donde le sentenciaron a cinco años de cárcel, manifestaron los hermanos de la víctima. Su madre, Inés Jiménez, dijo que la muerte de su hija dejó una fuerte deuda económica que tendrá que asumirla debido a que ni el chofer ni el dueño del micro se apersonaron para colaborar en los gastos.
Los pasajeros deben denunciar. El subdirector de Tránsito, Alfonso Siles, señaló que cualquier ciudadano que presencie o sea víctima de aquellos malos micreros que no se detienen en sus paradas, no levantan a los estudiantes e infringen las normas pueden denunciarlos en la Unidad Operativa de Tránsito.
Fuente: eldia.com.bo