Gabriela, una mujer sin palabra

Desde la acera de enfrente.Gabriela, una mujer sin palabraGabriela Zapata representa una pieza clave para entender el lugar de las mujeres en el gobierno del MAS, el lugar de las mujeres en la vida del presidente Evo Morales y en la política contemporánea boliviana. Por eso me detengo a hacer un esfuerzo por reconstruir su historia desde una lectura feminista que en lugar de colocarla a ella en el banquillo de la acusada, intente interpretar su cuerpo, su reclusión y su «no palabra”, como expresión de una realidad machista que la ha denigrado y anulado hasta el punto de temer por su vida, y estar en la más extrema indefensión.Ella es la jovencita  que entra al partido con 18 años y se enamora del Presidente, que tiene una puerta abierta para que ella pueda acceder a él, pueda plantearse una relación con él y pueda, a través de esa relación, acceder rápidamente a una cantidad de relaciones que por el solo hecho de formar parte de la cama del Presidente le suponen a ella el acceso a información y formas peculiares de «poder”.En ese momento de su vida y siendo todavía «una changuita”, ella entiende lo que supone la cama del Presidente. Su cama, es decir sus relaciones sexuales, es un lugar de tráfico de mujeres de todos los tipos imaginables, un lugar de acceso para mujeres jóvenes, donde el machismo y la denigración de cada una de ellas a objeto sexual de complacencia es el único lenguaje que manda. En ese momento se reconoce sustituible, intercambiable y en competencia con otras gabrielas.Deja la universidad porque no le sirve para nada y empieza su transformación física optando por las cirugías en los pechos, las nalgas, el cambio de color de pelo y la sofisticación en el atuendo. Adquiere la obsesión con su físico y encuentra allí un mecanismo para retener su relación con el Presidente. Otro mecanismo en el mismo sentido es el embarazo, tener un hijo suyo como otra ficha de negociación, como una ficha de chantaje, como algo que hay que esconder porque el Presidente no está dispuesto a vivir su paternidad de forma pública y, sobre todo, porque no está dispuesto a asumir a madre alguna de hijo alguno.Las mujeres son un objeto sexual y un estorbo al mismo tiempo y Gabriela con su hijo son parte de eso también. Si el niño murió y fue enterrado sin certificado de defunción ni asistencia de su padre es porque para su padre fue como si no hubiera existido -un estorbo-. Si el niño vive, hay que matarlo civilmente para que sobreviva  «la reputación paternal” del Presidente.No estamos -como todos insisten- frente a una mala telenovela, sino frente a la radiografía del lugar que ocupamos las mujeres en la política contemporánea. Un lugar de objeto sexual sustituible, mudo y sin valor intrínseco. El «error” que cometió Gabriela es la ambición de haber querido saltar del lugar de objeto sexual al lugar de pareja de, al lugar de madre de. Ella quería todo con él; él no quería más que servirse de ella. Cuando se da cuenta de esto, Gabriela decide entonces optar por aprovechar su lugar de objeto para acceder a formas de influencia que le permitan enriquecerse rápidamente.Ahora que Gabriela vuelve a recurrir al chantaje -ya no emocional sino directamente político- para salvar su vida, quizás al intentar salvar algo de su patrimonio vuelve a constatar, por tercera vez, que su existencia, sus sentimientos no tienen ningún valor. Constata de nuevo que puede ser ya no sólo sustituida sino directamente aplastada y eliminada, negada y difamada sin que su palabra valga nada, no sólo frente a quien compartió sus besos, su cama y la desnudez de su cuerpo, sino frente a una sociedad entera para la cual ella es la encarnación de la vulgaridad y la mentira.Entonces se rinde y está dispuesta a dar la versión que se le indique para intentar salvarse, una vez más. Intenta, en la cárcel, preservar su encanto, porque en el fondo sigue siendo ingenua y cree que el príncipe la salvará en el último momento. Yo le aconsejo comprarse un cuaderno, una puntabola y empezar a escribir su diario. Es eso lo único que la puede salvar: su historia y su palabra.Para terminar, quiero aprovechar su atención para invitarles a nuestro ciclo de televisión feminista, que será los sábados de 10 a 11 de la noche por el canal universitario. Uno de los temas que abordaremos será el lugar de las mujeres como botín sexual.María Galindo es miembro de Mujeres CreandoPÁGINA SIETE / LA PAZ