El NO derecho, de dos velocidades

yanezArturo Yañez CortesMe preguntaron opine acerca del motivo por el que el Ministerio Público acelera las denuncias contra la oposición y deja en la congeladora las denuncias contra oficialistas. Como ejemplo, se puso el caso de Nemesia Achacollo que hace años no es convocada a declarar y, por mi parte, entre muchísimos otros casos, pensé también en la libreta militar del abogado León Vs., la del Vice, cuya similar denuncia, duerme el sueño de la impunidad… en la Fiscalía.Respondí que esa manifiesta diferencia de tratamiento a similares situaciones fácticas, es una plena prueba más –por si alguien la requería- de la oprobiosa sumisión del Ministerio Público (salvando excepciones que sobreviven) al poder político partidario, por la que el garante de legalidad y objetividad -en el papel, que soporta todo- se ha convertido en la realidad, en un órgano represor más al servicio del partido, para perseguir, encarcelar, sacar de circulación por largos años y en suma, arruinar financiera, emocional y familiarmente -sin vestigios de objetividad- a quienes decide el jefazo y su entorno, dejando hacer y pasar (encubriendo) similares o peores situaciones, cuando se trata de correligionarios partidarios, salvo algunos fusibles…caídos en desgracia (para la fotito y la propaganda), pero jamás los altos cargos.Se trata por tanto, de un sistemático trato desigual y por tanto discriminatorio, por parte de la justicia (Fiscalía, Judicatura y Policía, salvo pocas excepciones). Con razón, LEC dijo: «Todos somos iguales ante la ley, pero no ante los encargados de aplicarla».Empero, escudriñando hacía el fondo del asunto, también sostengo que ese NO Derecho de dos velocidades que trata de una manera a unos y de otra diferente a otros pese a estar en similares condiciones, constituye algo aún mucho más tenebroso para una sociedad y para un estado genuinamente democráticos: es el Derecho Penal del enemigo, que es la esencia de estados totalitarios que aplican aquello atribuido a BANZER: todo para mis amigos y palo (con clavo) para mis enemigos.Las bases del Derecho Penal del enemigo, se encuentran en el nazismo y fue uno de su ideólogos, Carl SCHMITT, que propuso tratar de manera diferente “a los amigos” que les reconocía status de personas (léase correligionarios partidarios) y de manera contraria a “los enemigos” o no personas, por lo que su estado mediante sus serviles ejecutores, les vulneró sistemáticamente sus DDHH, Debido Proceso, etc.Actualmente en la Bolivia plurinacional, no es difícil encontrar en su “política criminal”, otros rasgos propios de aquel NO Derecho. Por ejemplo, su inocultable inflacionismo y populismo penal (todo se pretende solucionar con la torpe amenaza penal, multiplicando y repitiendo delitos, con penas desproporcionadas y vaciando de contenido al Debido Proceso (Ley 04, 07, 586, cadena perpetua, etc); tenemos en nuestra CPE la retroactividad de la Ley Penal (usada precisamente durante la época nazi); se han incrementado los poderes policiacos y tapado sus abusos, en perjuicio de l@s ciudadan@s; en la práctica, el Derecho Penal plurinacional es cada vez más de autor, propio de un estado policiaco que persigue y castiga por las características personales (ser de una tendencia política, región, pensar diferente, etc) y no es de acto (que juzga por hechos presuntamente delictivos) y, claro, a través de la concentración de todos los poderes en manos del caudillo o jefazo.Se trata pues, de un NO Derecho de dos velocidades, rápido e implacable para sus “enemigos” y para sus amigos, si se toma la molestia de aplicarse, lento como tortuga. El mismo SCHMITT había ya dicho que: “Una política sin enemigos, no es política”.El Día – Santa Cruz