Carlos Federico Valverde BravoSeguramente el parco canciller boliviano David Choquehuanca jamás pensó que se vería en la cresta de la ola a partir de una ‘jocha’ (entiéndase, jugarreta, joda, como dicen los muchachos) que, a juzgar por los resultados, salió mucho mejor de lo que se esperaba, merced a la molestia que causó entre las autoridades chilenas esa ‘visita-irrupción’ en los puertos chilenos de la ‘delegación boliviana’, que no se supo exactamente a qué fueron tantos, cuando el mismo efecto se lograba con menos personas (habrá sido para la foto; a veces esas fotos ‘valen mucho’ para quienes valen eso, una foto al lado del importante).La verdad es que en lo personal me divirtió lo hecho por Choquehuanca, porque fue bueno salir de la violencia ‘tuitera’ del presidente Evo Morales y acercarse a ver in situ lo que está, como reclamo, en varias mesas de funcionarios chilenos que están incumpliendo el tratado de 1904. Es decir, Choquehuanca fue a ‘jochear chilenos’, porque nada de lo que fue a hacer allá tiene tema nuevo; todo ya fue reclamado, pero no le hace daño a nadie que haya ido.Probablemente esto sea parte de algo más grande; puede ser jocha de distracción que necesita el Gobierno para desviar el foco de atención sobre los problemas internos que están comenzando a aparecer: escasez de gas y ausencia de interesados reales por explotarlo; baja de casi 4.000 millones en las Reservas Internacionales Netas, crecimiento frenado, informe de coca-narcotráfico que no le hace ningún favor (cifras tremendamente contradictorias), Fondioc en fase de definiciones para comenzar a ser tratado en serio (más allá del favor del fiscal de declarar cuarto intermedio de horas en la declaración, como para que afinen sus respuestas)… y se puede seguir, pero ahí se lo deja.¿Otra cosa grande? La candidatura de Choquehuanca, como la sugirió el padre Xavier Albó. Esta jocha vale la candidatura y deja a los demás fuera de carrera; Choquehuanca fue a Chile avalado y recibido por Morales (falta saber de quién fue la idea), pero en el espíritu boliviano eso cuenta, fue a Chile y plantó cara, fue a reclamar… ¿a reclamar qué? Maltrato a los camioneros (en las aduanas bolivianas el maltrato a los nuestros y a los extranjeros es el mismo), falta de sitios para estacionamiento (los ejemplos ‘ellos’ vs ‘nosotros’ son idénticos), mala disposición de almacenamiento (den una vuelta por nuestros recintos públicos y van a ver, cada vez hay menos mercadería para las zonas francas; el Gobierno necesita plata).Ahí lo dejo… ¡Jallalla, Choquehuanca!, ¡al fin una!El Deber – Santa Cruz