La desinstitucionalización estatal ha alcanzado un récord histórico en Bolivia bajo el régimen populista de Evo Morales, basado en la premisa de “meterle nomás” (sic) al margen de las normativas.Una derivación trágica de esta realidad se ha dado en el caso LaMia, donde se evidencia una crisis del sistema regulatorio, con entidades públicas convertidas en botín político y encabezadas en muchos casos por “amigos personales” del presidente, como sucediera en la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).De esta forma, el evismo ha echado por la borda uno de los aspectos más interesantes de la reforma del Estado de los ´90, consistente en la creación de un sistema regulatorio meritocrático e independiente del gobierno de turno.Caudillismo y anomia se dan la mano para llevar a Bolivia al borde de lo que varios analistas consideran un “Estado Fallido”, incapaz de ejercer funciones básicas como el aprovisionamiento de agua potable o el control del espacio aéreo… [email protected]