Carta abierta a Fernando Molina

Diego Ayo*“Tu toma de posición, en apariencia moderada, esconde una implícita defensa del régimen”, le dice Ayo a Molina.Ver también: Carta abierta a Diego AyoEstimado Fernando, agradezco la oportunidad que me das, en el marco del debate, de poder responderte. He querido ceder a la fácil tentación de jugar al vivillo y ver quién entusiasma más a su hinchada, la tuya oficialista, la mía jailona. Pero no, no lo creo, pues no creo que sea esa tu hinchada, y te aseguro que la mía tampoco es esta última a pesar de tu intención de mostrarlo así. Te creo. Te creo cuando afirmas con contundencia que no eres masista. Sin embargo, el que realmente debe creerlo eres que tú, que de cada tres artículos, al menos uno le dedicas a convencernos de que no lo eres. Creo Fernando que juntas muchas críticas que te han hecho, y me las endilgas a mí sin más prueba que la que te ofrece tu gana de encontrar un culpable a tu propia confusión. Quieres convencerte que eres sensato buscando a un insensato. Me tocó cumplir ese rol. Es un truco que sirve para mostrarte en la vereda de la prudencia y cosechar aplausos sonoros entre sus ocasionales porristas. Y es que hasta yo te aplaudiría si el asunto se tratase, como caricaturizas en tu artículo, de confrontar a unos histéricos jailones contra los honestos opinadores (¡obvio que tú estás ahí!). Pero es un truco insincero que lo pretendes convertir en verdad a punta de poner en mi mochila cosas que jamás he dicho ni he hecho.Comienzas, en ese sentido, dirigiéndote a mí para terminar hablándole a un «ustedes”. Un «ustedes” que yo manejaría (¡con inusual destreza en mí!), mandándote a huestes, no menos histéricas que su promotor, a que te ataquen. ¡Mucha imaginación Fernando! En todo caso, también podría hacer lo mismo, y llamarte de «ustedes”, pues no hay duda de que sí considero que hoy en día,a quienes «Dios expulsaría de su boca”, se van haciendo legión. Pero no, la carta es a ti. Importa pues desechar ese «ustedes” y decirte que casi todo lo que me criticas, ni se pasó por mi cabeza. Me dices que el bloqueo al Dakar nos salió mal y yo ni estuve ahí. Me dices que pretendo mostrar el inminente derrumbe económico y yo jamás he dicho que la situación no es buena, solo que hay elementos de crisis innegables. Me dices que cuando planteaste otro referéndum como salida viable de la oposición, yo habría visto este consejo como estratagema del gobierno a través tuyo para seguir desconociendo la voluntad popular. ¡Ni te leí esa «recomendación”! Y lo más importante, me muestras como parte de una tropa de insensibles que pretenden promover el 2020 una transición jailona capaz de desconocer los avances realizados de 2005 a 2020. Esta última tesis, ya culminando tu artículo, pone en evidencia que escribiste estas líneas con cierta bronca. No se entiende de otro modo que como investigador serio que te consideras (y sé que lo eres), te mandes semejante perla sin la menor prueba. Insisto: es tu propia confusión que me quiere situar en algún polo radical para acomodarte plácidamente en el medio. Como ves, la mayor parte de tu artículo lo has escrito a tus fantasmas. De todas formas, yendo a algunos de esos puntos. Afirmas que la situación económica va relativamente bien, y es cierto, pero nunca nos dices, como diría Fernando Molina apelando a su libro sobre el seguro fracaso del modelo económico masista, lo frágil que es este último vagón de la bonanza. Sí, tu tesis es contundente: el modelo repite el formato extractivista de hace 500 años y no le da ni le va a dar el físico para despegar. Sería sensato que comentes, a ese propósito, los últimos arrebatos extractivistas en curso. Me refiero a las represas del Chepete y el Bala como expresiones radicales del modelo que criticaste, y no te quedes, por favor no, en la certeza de la bonanza, que nuevamente produce espasmos en tus porristas.Vuelvo al Dakar. Te hago recuerdo que en tu excelente trabajo sobre el «Evo Cumple” criticaste ese tipo de fantochadas. Así que aun de haberme subido a ese carro de descontento, lo hubiese hecho siguiendo a Molina. Por otra parte, respecto al referéndum, me afirmé siempre en mi convicción de que no podemos jugar con la voluntad del pueblo quebrando la institucionalidad tenuemente montada e insinuando siquiera alguna modificación constitucional trucha. Me inspiré en tu libro sobre nuestra «democracia arbitraria” (como la llamabas) cada vez más arbitraria y que pareces haber olvidado. Y, respecto a la «transición jailona” soy un convencido que este país es mejor que en 2005. También soy un convencido que cualquier alianza a ser puesta en marcha de 2020 en adelante debe tomar en cuenta a las organizaciones sociales. Me quieres exhibir como un racista incapaz de leer lo sucedido, y eso si me parece de mala fe. Si, Fernando, la sola denominación «jailón”, que se ha vuelto tu vocablo preferido, es el equivalente a cholo o t´ara, solo que a la inversa. Y, lo más relevante, creeré válido tu argumento si paralelamente a esta tu certeza hubieses hablado de los 22 pueblos indígenas en extinción, las brutales tomas de las sedes indígenas del CONAMAQ y de la CIDOB o del miserable Museo de Evo que ningunea al Museo de Tiwanaku (¡vaya descolonización!). Eso hubiese sido criticar al racismo y actuar a lo Molina, viendo las grandes líneas y no el maquillaje. Sí, Fernando, mientras yo me he venido haciendo «molinista”, tú has dejado de serlo. Es eso lo que critico y no lo que quieres endilgarme. Has tenido la «mala suerte” de encontrarte con alguien que seguramente se ha leído todo de ti (menos tus poemas) y así como antes te ensalzaba y seguía, hoy creo que eres otro. Y, ojo, no porque pienses diferente, que eso lo acepto, sino porque ahora el modelo económico que sentenciaste, el derroche que criticaste, la democracia arbitraria que condenaste y/o el pensamiento dogmático que denunciaste, mutaron en tu narrativa (que pretendes aséptica) por «la economía va bien”, «la Constitución va a ser cambiada” (vaya «narración” sin juicio crítico de por medio), «los jailonesquieren impulsar una transición a su estilo el 2020”, «la prensa debería pedirle perdón a Quintana por haberlo desprestigiado” etc. Y eso no es diferir en contenidos, sino en sinceridad.Tu toma de posición, pues, en apariencia moderada, esconde una clara defensa del régimen. Tus llamados a la conciliación son la rúbrica a ese aplauso fácil del masismo. ¿Quién en su sano juicio estaría en contra de esa idea: la conciliación? Sería como estar en contra de ser felices. Pero soltar esa idea sin tomar en cuenta la enorme asimetría de poder existente, es engañoso. Sería como pedir que la señora asaltada en la calle, haga las paces con su agresor: «¡que se besen, que se besen!”, nos pides. Desconoces el contexto histórico que produce esa belicosidad. Te aseguro que si el gobierno desiste de su intención a llevar como candidato a Evo el 2020, la tensión bajaría enormemente. Pero como no te animas a criticar eso, es más fácil echar mano de los «jailones belicosos”. Y eso si es ya grave. Banzer hablaba de los conspiradores, Goni de las minorías exaltadas y vos de los jailones. Pierdes de vista que la cosa no es de minorías. No, no lo es, y el 21f lo demostró. El MAS es hoy minoría. Asimismo, te recuerdo que no he sido yo el que ha creado la bronca. Ésta es fruto de una gestión cada vez más corrupta, de un quiebre de la democracia y, claro, de que quienes debiendo criticarla, nos han abandonado.Vi la necesidad de responderte y mantener esta personalización del debate por obvias razones. No me parece lo adecuado. Hubiese preferido discutirlo contigo en un café y dejar al público, más bien, la posibilidad de debatir sobre los temas que realmente requerimos debatir. Y eso si estoy presto a hacerlo en cualquier espacio.Página Siete – La Paz