Insultos a Zapata: «Ladrona, desgraciada, prostituta»; suspenden juicio

Escándalo en la audiencia judicial en La Paz. La furia de los familiares de los coacusados se desató contra Gabriela Zapata, y estos no ahorraron epítetos para insultarla e incluso llegaron a tirarle de los cabellos dentro de las dependencias judiciales.

La mujer ingresó a instancias judiciales con escolta policial. Familiares de los otros acusados protestaron.

Suspenden juicio contra Zapata entre insultos

Inicialmente se declaró en rebeldía a uno de sus abogados. La exnovia de Evo Morales salió fuertemente escoltada de juzgados. Es uno de los dos procesos en su contra.La mujer ingresó a instancias judiciales con escolta policial. Familiares de los otros acusados protestaron.La ausencia del abogado Walter Zuleta fue motivo suficiente para que el juzgado anticorrupción suspendiera el inicio del juicio contra la expareja del presidente, Evo Morales, Gabriela Zapata.La mujer tuvo que soportar, por primera vez, la furia de los familiares de los coacusados quienes no ahorraron epítetos para insultarla e incluso llegaron a tirarle de los cabellos dentro de las dependencias judiciales.«Ladrona, desgraciada, prostituta», fueron los calificativos más moderados que le lanzó una decena de familiares que esperaban afuera de la sala de audiencias.El fiscal Daniel Ayala, informó que la audiencia se suspendió porque el abogado, prófugo, Walter Zuleta no estaba presente y tampoco un abogado que lo represente, de ese modo informó que el viernes, cuando debe reanudarse la audiencia se le asignará un abogado de oficio y será procesado en rebeldía.Junto a Zapata son procesados Cristina Choque y Jimmy Morales, ambos exfuncionarios de la Unidad de Gestión Social del Ministerio de la Presidencia, Ricardo Alegría, Marvin Ramírez y Zuleta.La exgerente de la empresa China CAMC es acusada de seis delitos, entre ellos  legitimación de ganancias ilícitas y uso indebido de influencias. Además debe afrontar otro causa por la suplantación del hijo del primer mandatario.

 

EL DEBER / Marco Chuquimia – Jesús Alanoca