Ciudades inclusivas y situaciones de discriminación

Norma Yalila Casanova*Las ciudades son espacios colectivos, articulados en relación con ciertos servicios públicos, pero ante todo, son espacios adecuados para el desarrollo político, económico, social y cultural de la población que las habita. David Harvey exponía, que todos los seres humanos tenemos el derecho de vivir en una ciudad, porque “el aire de la ciudad nos hace libres”.Lo que pareciera una contradicción: urbano – rural, ciudad -campo, ya ha sido superado en algunos países de Europa y en países latinoamericanos como Chile, en la metrópolis de Santiago y en Brasil, en las metrópolis de Sao Paulo y Río de Janeiro. La urbanización del campo implica, no sólo lo urbs en relación con los servicios, sino lo civitas, entendida como ejercicio de ciudadanía y garantía de derechos civiles y políticos.Una ciudad es inclusiva, cuando se la repiensa y se rediseña participativamente, tomando en cuenta a cada una de las personas que comparten la vida de la ciudad, sin que sea motivo de exclusión la edad, el género, su situación económica y social, ni  su lugar de procedencia. Sólo así, se logra jerarquizar los derechos en tanto a sus prácticas políticas y económicas. Las ciudades inclusivas, toman en cuenta las necesidades de cada grupo humano, al momento de realizar sus actividades y de construir sus espacios.El gozo de la ciudad es un derecho inalienable. Henri Lefebvre en el año 1968 ya había posicionado “El derecho a la ciudad”, como el derecho de crear ciudades, de transformarlas inclusive radicalmente en algo distinto. En la Carta Mundial por el Derecho a la Ciudad, se menciona que  la creación permanente de espacios urbanos comunes, de una esfera pública con participación democrática y de inclusión de grupos humanos, con acciones de equidad para el bien común, es ejercer ese derecho.Por el contrario, una ciudad excluyente, es aquella en la que no se permite la participación, se segrega, se margina y se discrimina. Orgullosos de vivir en Santa Cruz de la Sierra, se va perdiendo la frase célebre  de  que “La ley del cruceño, es la hospitalidad”, se sigue en las manos de los especuladores de la tierra y de los funcionarios que se creen superdotados, haciendo lo que en gana les viene con los espacios en los que los “venidos” (todos: por parto, en camión o en avión,  en distinto tiempo), sin caer en cuenta que hemos convertido a la otrora tranquila ciudad, en un  monstruo que se come cada día a sus habitantes.*Socióloga. Investigadora [email protected]