José Orlando Peralta B.
En julio del año 2016 el conflicto por la alternancia de poder colocó en tela de juicio la democracia política y la autonomía académica en la UAGRM. En otras palabras, su crisis política-institucional revivió demandas que devienen desde la reforma de Córdoba de 1918, un momento histórico para la universidad pública latinoamericana desde donde proyectó su identidad, que hoy es necesario volver a revisar y replantear.
Aquella, buscaba sostener “el espíritu científico” superando circunstancias que inhibían el proceso de transformación en el marco de una nueva “democracia universitaria” (Acevedo, Samacá). Es decir: autonomía política, gobierno tripartito –paritario, gratuidad de la enseñanza, concursos y periodicidad de la cátedra, libertad en las clases, extensión y orientación, y responsabilidad con la democracia, eran los ejes de disputa en dicho contexto histórico. (Trindade).“La autonomía es una conquista histórica o política que tiene que ser recreada constantemente. Esta recreación tiene que ver con el desarrollo institucional en términos de ir afinando una forma de gobierno académico democrático sensible a la dinámica del desarrollo de las ciencias, por un lado, y a la vida política y social del país y a su historia. Esta recreación también depende del desarrollo de la comunidad académica, tanto en su aspecto docente como el estudiantil. Esto tiene que ver con el despliegue de la autonomía en los ámbitos cognitivos e institucionales.” (Tapia)El efecto de la crisis que vivió la UAGRM fue el planteamiento institucional de un congreso docente- estudiantil. Conlleva la agenda de reformar la autonomía académica y la democracia política universitaria. Existe la promesa de llevarlo a cabo en octubre del presente año. Acometerlo es una forma de recrear la autonomía universitaria para que responda a las necesidades y demandas actuales.Ante el desafío que ello plantea, es necesario empezar a reflexionar sobre los problemas que la aquejan y ensayar propuestas que busquen incidir en su superación. Como forma de dar inicio al aporte de ideas al debate, en la coyuntura previa al acontecimiento en agenda, proponemos cuatro requerimientos para el congreso: a) Las condiciones de igualdad política en que sean electos los congresistas como forma de fortalecer la democracia universitaria; b) la socialización previa de propuestas de reformas académica y política; c) La administración adecuada del tiempo para llegar a consensos político-institucional entre los congresistas para no repetir los errores de la Asamblea Constituyente en la década pasada; y d) Atención y seguimiento ciudadano del mismo.Es inobjetable que la dimensión política debe tener un espacio en la universidad porque se manejan recursos públicos, pero a condición de que tenga un equilibrio con la dimensión académica. “Su desequilibrio puede causar que esta se constituya una escuela vocacional especializada, en un actor económico o en un lugar de lucha por el poder político. Aunque cada uno de estos componentes tiene su razón de ser, ninguno de ellos puede definir a una universidad.” (Cortés).La UAGRM tiene el desafío de superarse a sí misma y por sí misma, sin necesidad de interferencias externas. Por ser un espacio plural, tiene el potencial humano para hacer posible la tan esperada reforma universitaria. José Orlando Peralta B./Politólogo IIES-JOM