Un ególatra como Evo Morales no existió en Bolivia

Arturo Murillo P

Sin Anestesia 

Al principio, muchos ciudadanos pensábamos que las expresiones “subidas de tono” del presidente Evo Morales eran parte de su cultura, los chistes machistas, las ironías o las frases avergonzadoras, por ejemplo, las coplas de “sacarles el calzón” a sus ministras o las frases, ante las cámaras de los periodistas, a dos funcionarias de YPFB con palabras como: “¿son perforadoras o perforadas?”, donde las mujeres denigradas simplemente agacharon la cabeza. Pero, paulatinamente se fue revelando que las actitudes del jefe de Estado tienen motivaciones profundas.



 

El periódico El Deber publicó la nota de Carlos Valverde que contiene el informe psicológico del Presidente Morales, en el caso Gabriela Zapata, la pericia efectuada por la especialista Luisa F. Lazarte Lujan, psicóloga interdisciplinaria del Juzgado 1ro Público de la Niñez y Adolescencia, en el informe de fecha 6 de mayo de 2016 dirigido a la juez Jacqueline Rada Arana, señala textualmente: “se identifica (en la personalidad de Morales) una negación de recibir afecto y una marcada tendencia a proyectar una imagen favorecida de sí mismo”. Es decir, un examen psicológico revela la autosuficiencia y la egolatría de Evo http://eju.tv/2017/06/informe-psicologico-pse-00316/

 

Lo malo, los bolivianos a través de nuestros impuestos estamos pagando muy caro la proyección de la imagen “favorecida de sí mismo”; son cientos de miles y millones de bolivianos que el régimen gasta en crear y propagar la imagen de un súper dotado de Evo Morales. Su exjefa de gabinete, Alejandra Claros Borda, exesposa de Sacha Llorenti, Embajador de Bolivia en las Naciones Unidas, escribió varios folletos que fueron impresos a full color en papel de lujo para ser regalados a sus adeptos, que narra “Las aventuras de Evito”, sus días de infancia y las presuntas travesuras escolares, como si se tratara de un personaje predestinado para el poder. En vida se hizo construir su museo con más de siete millones de bolivianos en Orinoca.

 

Otro libro que pagamos los ciudadanos escrito por el médico cubano Orestes López Piloto que titula “La rodilla de Evo o la dignidad del pueblo”, publicado en diciembre de 2012, naturalmente es la glorificación desmedida de las supuestas virtudes del jefazo que compara una rodilla de una persona con la dignidad de los habitantes de un Estado.

 

El engreído masista derrocha el dinero y utiliza las entidades estatales para su propaganda vanidosa, el informe pericial psicológico que desvela la proyección desmedida de su imagen “favorecida de sí mismo, confirma que el jefe del Movimiento Al Socialismo (MAS) organizó y maneja el Estado como su feudo o su chaco de cocalero. “Le meto nomas y que mis abogados arreglen”, reveló públicamente. El endiosamiento de Evo también está le está llevando a violentar toda la institucionalidad republicana y democrática, que pueden derivar en el autoritarismo como en Venezuela.

 

El eurodiputado Christian Dan Preda afirmó que Bolivia es un Estado que puede derivar hacia una autocracia. Si revisamos los 11 años del gobierno masista podemos advertir que ésa vía dictatorial está muy marcado. Evo Morales pasará a la historia como el presidente ambicioso y sediento de poder al desconocer el resultado del referendo, donde la ciudadanía rechazó la búsqueda de su perpetuación.

 

La soberbia de Morales asombra porque no se puede concebir a sí mismo fuera del poder, a veces ordena que le amarren los guatos sus “servidores”, considera que Bolivia lo necesita y se convenció que él es único caudillo de su agrupación política, aunque la realidad diga otra cosa. Evo tiene su personalidad sobredimensionada y se cree salvador del país, cuando en los hechos está atropellando las libertades de sus detractores y ampliando la ilegalidad al no extirpar la corrupción sino protegerlo y tender la mano blanda con el narcotráfico.

 

Los elementos esgrimidos anteriormente están registrados en los medios de comunicación, pero una autoridad con egolatría desmedida no está en condiciones de comprender la información crítica sino atacarla y destruirla. Lo preocupante es que no es un ciudadano con ego inflado sino la primera autoridad del país que hace y deshace la economía jurídica, el dinero público y la institucionalidad estatal. La autoridad que no acepta las reglas de la democracia y que prioriza su vanidad para reproducirse en el poder también persigue con brutalidad y encarcela a los opositores utilizando el Órgano Judicial, incluso a ciudadanos que hacen memes de ironía política.

 

El informe psicológico de Evo Morales explica de por qué el presidente ante un rival que lo superó futbolísticamente le metió un rodillazo en los testículos; también demuestra que la cólera contra su Ministra de Salud por no escuchar atentamente su discurso, entonces la regañó públicamente que preste atención y no converse con otra señora y dijo “no quiero pensar que es lesbiana”.

 

Recientemente los bolivianos asistimos sorprendidos al escándalo convertido en un “triste espectáculo” de Evo Morales que admitió tener una novia y fruto de esa relación un hijo pero que murió el niño. Luego, se contradijo y argumentó que no había tenido tal hijo sino que era la mentira de sus detractores. Típica conducta de un caudillo mitómano y autócrata que elude sus responsabilidades sino ante la exigencia de que se responsabilice de sus mentiras y abuso de poder responde con procesos políticos-judicializados para acallar.

 

Sin duda, estamos ante un presidente caudillo y ególatra que tiene una “marcada tendencia (de continua propaganda política) a proyectar una imagen favorecida de sí mismo”, por ello advierto que nuestro país está administrado a la deriva, sin planificación, irresponsablemente sino con ambiciones personales que traerá inimaginables consecuencias políticas y económicas, el «proceso de cambio» se farreó el futuro de millones de bolivianos.

 

Senador de la República