La histórica marcha indígena del oriente

Jaime Paz Zamora Página Siete escribe en su edición del 8 de agosto pasado una crónica sobre el TIPNIS en la que al referirse a la histórica marcha indígena del oriente boliviano de agosto de 1990  dice  entre otras cosas: «hubo intentos de división y desacreditación de la marcha por parte del gobierno de Jaime Paz Zamora . Al respecto  me permito  señalar  lo siguiente: 1. Desde el primer momento hubo una sintonía entre  el Presidente, su gobierno y los marchistas.  Me preocupé  personalmente de repetir que la marcha era justa porque su causa era justa, que era una llamada a la conciencia de los bolivianos y una demanda destinada  a  ampliar, profundizar, y perfeccionar nuestra incipiente democracia. Que Bolivia necesitaba  de su valioso aporte para ser una nación plena. 2. «Territorio y dignidad era la consigna que encabezaba la marcha con banderas bolivianas.  Dignidad porque  reivindicaban ser indígenas y no campesinos, y pedían se reconozca su territorio histórico, donde y del que vivían.    Eran habitantes del llano inmenso. Venían pacíficamente.   Deseaban incorporarse  a la democracia y a la vida del país.  Solicitaban documentos,  carnets de identidad.    Ser plenamente ciudadanos. 3. Cuando la marcha se acercaba al pie de la cordillera, invité a todos mis ministros,  al gabinete en pleno a salir a su encuentro.   Y así fue.   Nos abrazamos en el camino polvoriento  de  Nor Yungas  y a la sombra de los naranjos de Yolosa iniciamos nuestra reunión, fraterna de comienzo a fin.    Al cabo de casi cinco horas y habiéndonos escuchado plenamente llegamos a un acuerdo prácticamente total. 4. Coincidentes en los principios de la democracia y en los que enarbolaba la marcha, se reconocieron inmediatamente las primeras etnias y territorios.   Sobre el Isiboro Securé, que desde 1965 era parque nacional, se conformó el TIPNIS (Territorio Indígena Parque Nacional Isiboro Securé) con las etnias yuracaré, mojeño y chimán.  Sobre el Ibiato, cerca de Trinidad, el territorio sirionó.  Y sobre las orillas del Pilcomayo, al lado de Villamontes, el territorio weynayek.   El 24 de septiembre se firmaban los respectivos decretos a un mes y ocho días de haber partido la marcha desde Beni. 5. Lo que en realidad había ocurrido era una especie de segunda Reforma Agraria, esta vez en los llanos orientales.  La primera en el occidente se dio a base de la relación familia campesina-hectárea.   Esta segunda sobre la relación etnia indígena-territorio histórico de origen. 6. En esos momentos intensos, bajo los naranjos de Yolosa, sentí como nunca la presencia fecunda de la sangre de mi hermano Néstor Paz  Zamora,  inmolado  por las  mismas  causas 20 años antes,  como Francisco de Teoponte,  un poco más al norte del mismo territorio en el que nos encontrábamos.     La marcha continuó hasta la ciudad de La Paz.  Entró a la Catedral y pasó luego al Palacio de Gobierno, donde, como Presidente,  le di el recibimiento oficial, que se prolongó en un festejo fraterno. 7. Los contenidos de esta extraordinaria experiencia fueron la base de la propuesta de vanguardia que, como Presidente de Bolivia,  realicé  en la Primera Cumbre de Jefes de Estado Iberoamericanos,  reunida en Guadalajara, México,  al año siguiente, en  ocasión del quinto centenario de 1492:  la creación del fondo para el desarrollo de los pueblos indígenas de América Latina y el Caribe, cuya creación firmamos todos los jefes de Estado en Madrid, en la cumbre de 1992, punto de partida de la nueva dinámica  de participación de los pueblos indígenas en las democracias latinoamericanas. Cuando la  marcha se acercaba al pie de la cordillera, invité a todos mis ministros,  al gabinete en pleno a salir a su encuentro.   Y así fue.  Jaime Paz Zamora fue presidente de Bolivia.Fuente: paginasiete.bo