Así es como Christopher Landon ha vencido los prejuicios de Hollywood


Hijo de Michael Landon, director de éxito y abiertamente gay, estrena ‘Feliz día de tu muerte’, la película de terror que ha reventado la taquilla de EE UU.

Christopher Landon

En Feliz día de tu muerte, la película de terror que llega este fin de semana a la cartelera, una joven universitaria revive una y otra vez el día de su cumpleaños. Como Bill Murray en Atrapado en el tiempo, pero con la peculiaridad de que haga lo que haga siempre muere a manos de un asesino enmascarado. Este es el argumento del filme que se ha convertido en la gran sorpresa de la taquilla otoñal y también el mayor éxito en EE UU durante la codiciada festividad de Halloween. Aún sin conseguir las cifras de It o el impacto cultural de Sácame de aquí, se puede decir sin embargo que será una de las películas de las que habrá que hablar cuando se resuma 2017.El director de esta comedia con sustos es Christopher Landon, un cineasta de 42 años con un apellido que evoca a una de las personalidades más influyentes y respetadas de la historia de la televisión norteamericana. Efectivamente, se trata del hijo de Michael Landon, el joven actor que se dio a conocer en la serie Bonanza y continúo su éxito con La casa de la pradera y Autopista hacia el cielo, ambas creadas y protagonizadas por él. Fallecido en 1991 por cáncer de páncreas, a pesar del registro santurrón y blandito que transmitió a través de sus personajes más populares, fue un hombre con una biografía intensa: él mismo confesó que durante toda su vida había abusado del alcohol. Su vida familiar tampoco fue tan plácida como la de los Ingalls: tres matrimonios y nueve hijos. Christopher es el más pequeño de los cinco que tuvo con su segunda mujer, la actriz Marjorie Lynn Noe, con la que estuvo casado entre 1963 y 1982. «En aquella familia había tanta gente alrededor, pasaban tantas cosas todo el rato, que era inevitable que fuera dramático», reconoció en una entrevista en 2011.



Cuando Christopher decidió seguir los pasos de su padre y de su hermano Michael –un exitoso director de cine cristiano– pareció una decisión natural. Desde pequeño había estado presente en rodajes y había vivido en un ambiente en el que dedicarse a contar historias era lo habitual. Sin pronto quedó claro que las que a él le interesaban no incluían familias felices ni ángeles auxiliadores. Que el polémico fotógrafo y cineasta Larry Clark se fijase en él para escribir el guión de la película que dirigió después de Kids podía ser un indicio. El filme se llamó El final del Edén, trataba sobre una familia disfuncional y politoxicómana encabezada por una desaforada Melanie Griffith y un James Woods  sin escrúpulos que planeaba el robo de un alijo. Todavía era un universitario y Landon estaba escribiendo un guión que incluía grandes dosis de todo lo que Hollywood no toleraba bien: relaciones incestuosas, desobediencia a la ley, consumo de drogas… La película fue un fracaso, constató que Clark no era ni Tarantino ni Van Sant, pero abrió a Landon las puertas de los despachos de los estudios. Joven, nuevo y con buenas ideas, tenía una carta de presentación casi tan valiosa como su apellido. Se sintió tan seguro que incluso dio un paso que llevaba tiempo planteándose: salir del armario. Su familia recibió la noticia con normalidad; incluso la última mujer de su padre, muerto seis años antes, le confesó que Landon Sr. lo había sospechado. «Mi madrastra me contó que ambos lo sabían, pero que mi padre sólo esperaba a que yo llegara esa conclusión por mí mismo», ha reconocido Christopher. La imagen públca de Michael Landon, católico y firme creyente en el modelo de familia tradicional, no tenía nada que ver con la que su hijo transmitía: «era un hombre absolutamente liberal, en todos los aspectos de su vida».

Christopher Landon

Sin embargo, y aunque él prefiere achacarlo a que por su ímpetu y falta de experiencia pisó algunos callos, lo cierto es que pasó de recibir ofertas a solicitar reuniones de trabajo. En Variety resumió aquella etapa: «acabé estrellándome muy pronto y me vi forzado a tomar un descanso». Uno de siete años. Siguió pensandos historias y desarrollando algunos guiones para proyectos personales. Hasta que imaginó una versión moderna de La ventana indiscreta, con un adolescente en arresto domiciliario, testigo desde su casa y con toda la tecnología a su alcance de un crimen. Steven Spielberg leyó el guión, lo produjo a través de Dreamworks e insistió en que lo protagonizase su actor joven favorito del momento: Shia LaBeouf. Disturbia se estrenó en 2007, recaudó seis veces lo que costó y dejó via libre para que aquel chaval se convirtiera en la estrella de Transformers y el hijo de Indiana Jones en una cuarta entrega de la saga. También recolocó a Landon en la agenda de los estudios, aunque esta vez fue él quien no contestó las llamadas.Ese mismo año otra película acababa de cambiar las reglas del juego. Filmada con 15 mil dólares y una cámara de vídeo doméstico, Paranormal Activity se convirtió con 195 millones de recaudación en la película de terror más rentable desde El proyecto de la bruja de Blair. Su productor, Jason Blum, un tipo que había aprendido en los 90 en Warner y Miramax todo lo que (no) quería hacer, acababa de fundar su propio estudio, tener su primer éxito y dar con una fórmula de éxito que se había escapado a todos en Hollywood. Cine de terror barato con sello de autor y potencialmente franquiciable. Cuando se dio cuenta de que necesitaba a alguien para continuar aquella actividad paranormal contactó con Christopher Landon. Él se encargó de escribir las cuatro secuelas, ahondar en el fenómeno del found footage y demostrar que no existían límites para la saga. Han recaudado en conjunto más de 800 millones de dólares y sus presupuestos totales no darían para una producción media.Sin embargo, uno de los grandes méritos de Landon fue incorporar a una saga de terror una diversidad racial hasta entonces inédita, convirtiendo a una familia latina en protagonista de Paranormal Activity: Los señalados (2014), última entrega y única dirigida por él. ¿El motivo? Había aprendido a apreciar esa cultura gracias al tiempo que pasó en casa del mejor amigo que tuvo en la infancia y adolescencia. A partir de ese momento, y tomando prestado el título, era él quien había quedado señalado: era uno de los directores del nuevo terror independiente, dispuesto a cambiar desde dentro los argumentos, escenarios y personajes de un género tan norteamericano como el western.A partir de ahí, y dejando a un lado su debut como director, Palmeras ardientes (2010) –un dislate definido como Vidas cruzadas dirigdo por un poco inspirado John Waters–, Landon se ha centrado en hacer películas de miedo que transitan por el camino de la comedia, como Zombie Camp (2015). «El humor es una de las mejores formas para desarmar al espectador», asegura. También para incorporar comentarios sobre acoso en las redes, abusos sexuales y autoaceptación. En Feliz día de tu muerte se aborda muy directamente la cultura de la violación en los campus universitarios, evitando la escenificación morbosa. También la protagonista muestra a un personaje una vía para liberarse de la heteronormatividad. Todo esto sin perder de vista que se trata de una película comercial, pensada como un producto de temporada y sin más agenda oculta que ser devorada con palomitas.Fiel al género que está contribuyendo a renovar y al estudio que ha hecho más diverso y abierto el terror moderno, Christopher Landon parece tenerlo todo dispuesto para pasarse unos cuantos años siendo unos cuantos años entregando películas para ser programadas en Halloween. Las siguientes podrá disfrutarlas en compañía de su compañero y el pequeño Beau, una familia que podría desafiar el reinado de la de Neil Patrick Harris con sus disfraces.

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Fuente: revistavanityfair.es


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