De sadomasoquistas y euroescépticas: quiénes son las cinco mujeres que han escrito el polémico manifiesto contra el «puritanismo sexual»

Una de ellas dirige la revista de arte más prestigiosa de Francia, otra es conocida como dominatrix a sus 87 años, otra se rebeló contra el velo islámico…

catherine millet sarah chiche

El manifiesto contra el «puritanismo sexual» firmado por un centenar de mujeres francesas del mundo de las artes y las letras en Le Monde ha provocado un revuelo en el debate sobre los abusos de poder y el acoso. Con Catherine Deneuve como rostro visible del texto, la polémica se ha centrado en la posición de estas mujeres y su libertad para ofender». Al hablar de algunos de los acusados de haberse propasado, las autoras esgrimen que «sus únicos fallos han sido tocar una rodilla, intentar robar un beso, hablar de cosas ‘íntimas’ en una cena de trabajo, o enviar mensajes con connotaciones sexuales a mujeres para las que la atracción no era mutua», lamentando que se confunda «el ligoteo torpe con acoso sexual».Aunque la actriz francesa ha sido el principal blanco de las críticas, Deneuve solo aparece como firmante de la tribuna. Las autoras son cinco escritoras e intelectuales reconocidas en Francia que han dedicado la mayor parte de su obra a debatir sobre la sexualidad de la mujer, el consentimiento y el papel del hombre.La escritora Sarah Chiche, una de las ideólogas del texto, ha explicado que la idea para la tribuna surgió tras una conversación con una editora a raíz de una publicación en la que está trabajando. «Me dijo que hoy ya no está tan de moda hablar de la sexualidad y el amor con tanta desmesura«, ha contado Chiche en France Culture esta semana. Después de aquella charla, Chiche llamó la autora Catherine Millet, que a su vez contactó a Peggy Sastre, quien introdujo a Abnousse Shalmani, y enseguida se unió Catherine Robbe-Grillet. «Decidimos que había que hacer algo», ha revelado Chiche.»Las reacciones alrededor del mundo han sido violentas, no nos lo esperábamos», ha dicho Abnousse Shalmani un día después de la publicación del manifesto.¿Qué unió a estas mujeres para defender esta controvertida postura? Sus vidas y su obra hablan por sí solas:

Catherine Robbe-Grillet

«La vida de Catherine Robbe-Grillet hace que 50 sombras de Grey parezca una película de Disney», describía la edición estadounidense de Vanity Fair en 2014. La parisina Catherine Robbe-Grillet, de 87 años, es conocida como la dominatrix más famosa de Francia gracias a sus escritos, bajo el pseudónimo Jeanne de Berg, sobre sus fantasías sexuales y sadomasoquistas que lleva ya publicando desde hace más de medio siglo. Su visión sobre la mujer y el cuerpo, digamos, es bastante fuera de lo común. Su vida lo atestigua. En 1958, su marido, el fallecido escritor y director de cine Alain Robbe-Grillet, redactó un contrato matrimonial que definía su relación como «prostitución conyugal» y marcaba las normas de las sesiones de obediencia y humillación a las que ella debía someterse. Aunque Catherine nunca lo firmó, detalla la revista, sí respetó sus mandatos.En la actualidad Catherine vive con la actriz Beverly Charpentier, unos 30 años más joven que ella y con quien continúa realizando sesiones de sado. Suele colaborar en proyectos artísticos sobre la sexualidad, con performances para las que realiza pruebas previas a sus candidatas, como la que ideó para una de ellas, a quien instruyó para que se dejara un pecho al descubierto cuando viera pasar un barco por el río Sena, desde el que un amigo la fotografiaría por la noche. En una entrevista con El País, la escritora decía: “Me definiría como una señora mayor muy decente —pone cara seria—, en la que no se fijaría uno por la calle, que detrás de esa apariencia muy decente tiene unos deseos y unas formas de ser que no lo son”.

Catherine Millet

Catherine Millet sorprendió al mundo con el explícito y revelador testimonio de sus experiencias sexuales en una novela que se convirtió en bestseller y abrió el debate sobre el erotismo y la mujer. En «La vida sexual de Catherine M.», publicado en 2001, la directora y fundadora de la prestigiosa revista Art Press habló de sus encuentros con decenas de hombres de los que hoy no recuerda el nombre, de las orgías multitudinarias y de las noches interminables en clubs de la ciudad. La crítica de arte se ganó el apoyo de muchas lectoras que admiraron a Millet por hablar sin tapujos de la libertad femenina, pero también levantó el escándalo por la crudeza de las descripciones de sus relaciones en bares, carreteras o portales de la capital. Tras esta novela, Millet publicó «Celos», una narración llena de detalles sobre las infidelidades de su marido.En una entrevista, Sarah Chiche, hablando de la censura hacia este tipo de relatos, decía que «Hoy en día, una novela como ‘La vida sexual de Catherine M.’ no encontraría un editor de ninguna manera».

Peggy Sastre

Ninguna de las mujeres que han redactado este manifiesto temen a la provocación ni al escándalo. Peggy Sastre, escritora y doctora en filosofía de la ciencia especializada en Nietzche y Darwin, levantó una polvareda en 2015 con su libro titulado «La dominación masculina no existe», en el que, basándose en argumentos evolutivos, decía que «si los hombres tienen el poder, es porque las mujeres lo han querido así, a lo largo del 99,98% de la historia de nuestra especie (…) en otros términos, no hay dominación masculina. Tal sistema opresor, vertical y unilateral no existe. Lo que sí hay es una historia de la evolución que ha puesto a los dos sexos estrategias reproductivas distintas». Para ello acuñó el término «evoféminisme» para definir su rechazo a la abolición de la prostitución y acercarse a las feministas «hedonistas» o «pro-sexo», entre otros conceptos.Uno de sus trabajos anteriores llevaba el título de «Ex útero – por acabar con el feminismo», y «Cómo el amor envenena a las mujeres», sobre la dependencia afectiva que supuestamente padecen las mujeres en un mundo en el que ya se ha alcanzado la igualdad de oportunidades (según la autora). Sin embargo, Sastre, que se vale de una lectura biológica para analizar la sexualidad, sí se define como feminista y advierte que calificarla de machista significa no haber comprendido sus ideas, que muchas veces ella misma presenta con títulos sensacionalistas para atraer la atención y generar debate.

Abnousse Shalmani

La crítica de Shalmani, nacida en Irán, va contra el feminismo «victimista, puritano y separatista» que, según ella, está dominando la sociedad. La escritora, realizadora y periodista es conocida sobre todo por «Jomeini, Sade y yo», un libro autobiográfico en el que narró su experiencia en su país natal, donde fue obligada a usar velo, y cómo tras emigrar a París quedó decepcionada con la libertad que ofrecía la sociedad europea, todavía sin la plenitud que ella soñaba pero con la literatura francesa (Colette, Sade) como arma para continuar su emancipación. Solía proclamarse feminista, pero hace unos meses explicó que ya no podía identificarse con una palabra «que se ha convertido en una bolsa nauseabunda de paranoia, moral, virtud, victimización, religiosidad, separatismo e histeria. El feminismo está desmembrado. En harapos. Descerebrado (…) El feminismo se ha transformado en un stalinismo con todo su arsenal: acusación, ostracismo y condena».

1983 in Tehran… #abnousseshalmani

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Sarah Chiche

La escritora y psicoanalista de 41 años, además de haber trabajado en un hospital psiquiátrico de París, ha dedicado un gran parte de su trabajo a analizar la obra de Michael Haneke (también apareció en uno de sus films, Happy End). Su ensayo publicado en 2015 sobre el director de cine llamó la atención del sector intelectual, atraído por su crítica a los «golpes moralizadores» que recibía el cineasta. En una entrevista, Chiche comentaba que «la vida es en sí misma un programa sádico. Desde la infancia, sabemos el final de la película: un día moriremos». También denunció cómo, en los años noventa, un think tank del partido republicano en Estados Unidos hizo lobby en Hollywood para que se promocionara el matrimonio como final feliz.Ha escrito sobre Sigmund Freud, en concreto, sobre sus «Tres ensayos sobre teoría de sexual». Otro de los libros de Chiche narraba la historia de una mujer manipulada por un pseudo-psicólogo, que le sirvió para analizar los pilares de la manipulación: la seducción, la sumisión voluntaria a la autoridad, el aislamiento, la obnubilación y la destrucción. ¿Les suena?Fuente: revistavanityfair.es