Es por un paro de los trabajadores. Ocurre luego del anuncio del gobierno bonaerense de cerrar las salas de Necoche, Valeria del Mar y Mar de Ajó.
Paro y protesta en el casino de la ciudad Mar del Plata. (Foto: Maxi Failla)
No es una noche típica en el centro marplatense. El Casino Central, uno de los íconos de esta ciudad, está cerrado. Las persianas están bajas y un cartel explica por qué: “No al cierre de los casinos del estado provincial”, dice.
Sus trabajadores, nucleados en la Asociación de Empleados de Casinos Nacionales (AECN) y en la Asociación Gremial de Administración, Maestranza y Servicios de Casinos (AMS), impulsaron lo que definieron como un “cese total de actividades”.
Paro y protesta en el casino de la ciudad Mar del Plata. (Foto: Maxi Failla)
Por eso hoy a las 11 de la mañana, horario habitual de apertura, el casino no abrió sus puertas, y así continuará hasta las 4 de la madrugada, horario en el que cierra a diario.
Según explicaron desde los gremios, la medida se tomó “para frenar esta avanzada privatista” luego de que la gobernadora bonaerense, María Eugenia Vidal, anunciara el cierre de tres casinos y un bingo que dependen de la Provincia.
En rigor, los gremios instaron a los trabajadores del casino a presentarse en sus horarios habituales de trabajo y a realizar un “quite de colaboración”.
“Fichamos pero no nos presentamos en nuestros puestos, y entonces por seguridad el casino baja las persianas”, explicó a este diario una trabajadora que participó de la movilización que realizaron unos 500 empleados del Casino Central por el centro marplatense esta noche.
Se acercaron casineros -y banderas- de Necochea, Mar de Ajó y Sierra de la Ventana, entre otros establecimientos dedicados al juego que dependen de la Provincia.
“Le decimos a la gobernadora que no vamos a permitir este atropello, no vamos a permitir que pretendan cerrar los casinos. Lo vamos a seguir haciendo, y si es necesario, vamos a ir todos juntos a La Plata”, dijo sobre el escenario de la manifestación Daniel Méndez, titular de AECN. Fue casi al final, antes de que muchos de los presentes cantaran por última vez: “Unidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode, se jode”.
Esta vez, el ruido de la rambla marplatense no venía de los parlantes que pasan cumbia o chamamé para que los turistas bailen, sino de una movilización que alteró el funcionamiento habitual en uno de los edificios emblemáticos de esta ciudad, y que promete crecer. Mientras tanto, las apuestas de los turistas deberán esperar hasta mañana.
Fuente: clarin.com