A su paso por Lima, el papa Francisco preguntó a los obispos de ese país, “¿Por qué en el Perú cuando sale un presidente lo meten preso?”. La interrogante apuntaba directamente a Fujimori, por supuesto, cuya liberación ha sido duramente criticada; pero también a otros políticos acusados de corrupción, el mayor cáncer de América Latina, después del autoritarismo. Afortunadamente, el pontífice tendrá que contemplar en el futuro no solo el caso de Perú, sino también el de su natal Argentina, donde Cristina Fernández está con un pie en el calabozo o el de Brasil, que ayer dio una noticia lapidaria para los integrantes del Foro de Sao Paulo, el Socialismo del Siglo XXI y ramas afines. La justicia del gigante latinoamericano no solo confirmó la sentencia a nueve años de prisión que había sido dictada en primera instancia contra Lula Da Silva, sino que le sumó tres, lo que sepulta para siempre la carrera política del exmandatario, que se perfilaba para candidatear nuevamente a la presidencia.
Fuente: eldia.com.bo