Todo es culpa de la derecha

Carlos Pablo Klinsky

Es evidente que, desde los inicios del régimen masista, como lo hacen todos los populistas del socialismo del siglo XXI, se ha recurrido a slogans y clichés políticos repetidos como disco rayado, acusando de todos los males del mundo y de los bolivianos en particular al “imperio americano”, el “neoliberalismo”, la “oligarquía” y los “terratenientes”. Todo se sintetiza en la “derecha”.

La ausencia de ética y falta de escrúpulos masistas han llegado al extremo que todas sus picardías, robos, abusos de poder, ineptitud para hacer gestión, corrupción, etcétera, terminan siempre siendo atribuidos a la “derecha”.No es inocencia, es estupidez pero, sobre todo, es la constatación de la decadencia del régimen masista y sus líderes: Evo Morales y Álvaro García Linera. Nada que adicionar sobre “sus movimientos sociales”, que no representan a nadie más que a sí mismos; sus patéticos ministros y los “inefables” parlamentarios, empezando por los presidentes de las cámaras legislativas.



La decadencia del régimen es tan evidente que, en 12 años continuos en el poder, no han resuelto los problemas estructurales del pueblo boliviano. Después de 12 años y los extraordinarios ingresos económicos recibidos -sin precedentes en nuestra historia gracias a los altos precios de las materias primas (gas y minerales), no a la gestión administrativa del Estado por Arce Catacora- la salud, la educación y los servicios básicos siguen siendo deprimentes para la mayor parte del pueblo, especialmente los más pobres.

Se ha constatado que gastar en prebendas (fidelidad de las FFAA, jueces y líderes de sus propias organizaciones sociales), coliseos, canchas sintéticas, aviones, edificio para el semi-dios Evo incrementando su megalomanía, no había sido ni sensato ni inteligente, pues el pueblo iba a terminar por acobardarse.Evo Morales está más incongruente que nunca. No logra hilvanar una oración coherente desde hace bastante tiempo. Puedo imaginar la desesperación de quienes piensan por él, ya que no puede transmitir todo lo que le enseñan.García Linera está más frustrado que nunca. Deambula por el país y a veces en el exterior, masticando y expulsando el odio y rencores que arrastra desde niño. Su seudo-calidad intelectual está deteriorada y se percibe en él una franca angustia y desesperación, agravada por el hecho de que no logra hasta ahora tener el respaldo suficiente para ser nuevamente candidato a vicepresidente, si es que puede.

Pero, según Evo y Álvaro, todo es culpa de la derecha. En realidad, después de escuchar esto por más de 12 años, estoy convencido que “la derecha” es bastante más responsable que los ejecutores de la revolución de los socialistas del siglo XXI en su versión populista, aplicada al pie de la letra en Cuba, Bolivia, Venezuela y Nicaragua y, a medias, en el Brasil de Lula y Dilma, la Argentina de los Kirchner y el Ecuador de Correa.

Afirmo esto porque, cuando algún parlamentario quiere cumplir con su rol constitucional de fiscalizar, denunciar o investigar actos de corrupción, injusticias de la justicia, influencias o abusos de poder, obras fantasmas y despilfarros de los recursos del pueblo boliviano; o cuando una plataforma ciudadana defiende la vigencia de la Constitución Política del Estado, la democracia y el respeto a la voluntad popular expresada en un referéndum, los masistas lo acusan de “derechista” para intentar descalificarlo. Es decir, han logrado en mí y, seguramente en muchos bolivianos, que valoremos aún más a la “derecha”, pues nos identificamos con los valores que la derecha pregona en Bolivia.

Está claro que hoy la “derecha” es sinónimo de fiscalización, respeto a la ley, responsabilidad en la gestión pública, justicia imparcial, equilibrio de poderes, lucha contra la corrupción, reivindicación de la democracia y estado de derecho.

Fuente: estotambiensucede.com