Y un día vinieron por mí…



Ni bien conoció la imputación que le hizo la Fiscalía General del Estado, el expresidente Carlos Mesa ha dicho que no hace falta un juicio en su contra, porque prácticamente ya está condenado por orden de un régimen que maneja la justicia a su antojo. Con su elocuencia característica, el exmandatario ha visualizado con lujo de detalles los procedimientos que seguirá en gobierno para sentenciarlo por el caso Quiborax, que a su juicio es uno de los escándalos más vergonzosos que ha llevado adelante el “proceso de cambio” y que pretenden endilgárselo a él. Mesa llega a una conclusión que muchos bolivianos perseguidos conocen con suficiencia, consistente en la criminalización de la política. Si él es capaz de pronosticar todo lo que va a ocurrir en los próximos meses, es porque lo ha visto en cientos de opositores que han pasado por el mismo oprobio, pero que no merecieron tanta vehemencia.

Fuente: eldia.com.bo