Las autoridades no logran revertir la tendencia alcista de los últimos años. En 2017, el número de hectáreas sembradas pasó de 146.000 a 171.000
Los últimos cuatro años han visto crecer tanto los narcocultivos como la tensión entre Bogotá y Washington, estrechos socios en la estrategia antinarcóticos desde 1999, cuando se concibió el Plan Colombia. En medio de oscilaciones, las hectáreas de hoja de coca se redujeron de 168.000 en el año 2000 hasta 48.000 tanto en 2012 como en 2013, el área más baja de la historia. Desde entonces han alcanzado, de acuerdo con las mediciones del Simci, 69.000 hectáreas en 2014, 96.000 en 2015 y 146.000 en 2016.
La estrategia antidroga también ha sido motivo de agrios debates políticos desde la campaña que llevó al poder a Duque, quien asumió el pasado 7 de agosto. Su antecesor, Juan Manuel Santos, pidió en distintos foros internacionales cambiar el enfoque en la lucha global contra el narcotráfico, con mayor énfasis en los países consumidores y abordándola desde el terreno de los derechos humanos y la salud pública. El nuevo gobierno apuesta por la erradicación forzada, y se ha mostrado crítico con la erradicación voluntaria pactada entre Santos y comunidades de campesinos. “Vamos a volver a la aspersión aérea y se va a instaurar la erradicación forzosa sin cerrarle la puerta a acuerdos de erradicación voluntaria que sean viables y eficaces”, explicó el canciller, Carlos Holmes Trujillo, en una entrevista reciente con este periódico.
Las drogas ilícitas han sido por décadas el combustible para el conflicto armado en Colombia. Si bien los años recientes de crecimiento coinciden con la negociación en La Habana del acuerdo de paz que Santos selló con las FARC a finales de 2016, la exguerrilla, hoy desarmada y convertida en partido político, se comprometió en el pacto a romper cualquier vínculo con el narcotráfico y ayudar a combatirlo. Sobreviven, en cualquier caso, diversos grupos armados que se lucran del narcotráfico, entre ellos las disidencias de las FARC que se apartaron del proceso de paz.
Los resultados del Simci, publicados tres meses después de la fecha en que habitualmente se divulgan, llegan después de la medición de la Oficina de la Política Nacional para el Control de Drogas de la Casa Blanca, que suele registrar un número mayor. Ese estudio señaló que los cultivos ilícitos en Colombia alcanzaron 209.000 hectáreas, un incremento anual de 11 %. Las dos mediciones utilizan distintas metodologías, y si bien los números difieren, muestran la misma tendencia al alza.
El resumen ejecutivo del #InformeCultivosIlícitos2017 ya se encuentra disponible en la página web de UNODC Col ?? ▶️ https://t.co/fbCnuxOuFy pic.twitter.com/zxaWIBkjGU
— UNODCColombia (@UNODCColombia) 19 de septiembre de 2018
Fuente: elpais.com