Puede que Cynthia Nixon haya perdido, pero otras mujeres ya la han vengado

De forma previsible, la candidata demócrata cae derrotada ante Andrew Cuomo.

Puede que Cynthia Nixon haya perdido, pero otras mujeres ya la han vengado

Tras apenas unos minutos después de las 9 de la noche, el recuento de votos ya sugería lo esperado: Cynthia Nixon iba camino de perder la nominación demócrata a la gobernatura del estado de Nueva York contra Andrew Cuomo. Por mucho. A lo largo de las dos horas siguientes, otras candidatas ya estaban vengándola en distintas lides.Si la actriz de Sexo en Nueva York estaba al tanto de las encuestas, el resultado entraba dentro de lo previsible. Cuomo es un gobernador demócrata que lleva casi ocho años en el cargo, viene de una familia muy conocida a nivel político y es ligeramente popular entre los votantes del estado. Aparte, llegaba a las primarias de este jueves con el apoyo del establishment demócrata y con arcas de sobra como para plagar de anuncios políticos las televisiones de todos los condados de Nueva York. Resultado final: 30 puntos porcentuales de diferencia. Más de 450.000 votos entre uno y otro.Pero el consuelo para Nixon es que su batalla en el Olimpo de la política neoyorquina ha ayudado a poner el foco en cuestiones políticas importantes para la izquierda del partido demócrata: transporte, educación, inmigración. Ella fue la cara más conocida el pasado junio en la fiesta en la que una latina socialista de 28 años, Alexandria Ocasio-Cortez, acababa de ganarle las primarias a un congresista que llevaba en su escaño desde 1999. Ocasio-Cortez es ahora una estrella a nivel nacional. Y este jueves, otras mujeres jóvenes y en el ala progresista de los demócratas acaban de cortar la cabeza a lo que muchos en Nueva York consideraban hasta hace poco la serpiente del partido: el Independent Democratic Conference (IDC).

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El IDC era un grupo de senadores estatales moderados formado en 2011 que durante años hizo pactos con el bando republicano. Esa alianza permitió a los republicanos mantener una mayoría en el Senado de Nueva York que no pierden desde 1964, algo que ha limitado la inclusión de políticas más progresistas en un estado que en elecciones generales no vota republicano desde Ronald Reagan en 1984.»Es muy, muy importante que los insurgentes demócratas vayan a derrotar a seis […] senadores estatales», ha señalado el periodista Dave Weigel, de The Washington Post, poco antes de que se confirmaran los resultados. «Cuomo es el titular, pero el grupo que permitió a los republicanos tener el control del Senado estatal ha sido decapitado». Nixon no podría estar más de acuerdo: «Pese a que los resultados de esta noche no son lo que esperábamos, no me desanimo. Me siento inspirada. Espero que vosotros también lo estéis. Hemos cambiado de forma fundamental el panorama político en este estado».El sacrificio de Nixon lo han aprovechado candidatas como Alessandra Biaggi, que ha derrotado al líder del IDC Jeffrey Klein. Biaggi tiene 32 años, lideró una carrera digital y de puerta a puerta, con donaciones de particulares, mientras que Klein se gastó 2 millones de dólares para conservar un escaño que ocupa desde 2005, según The New York Times. Eso es más dinero que todo lo que invirtió Nixon a nivel estatal para intentar derrotar a Cuomo. Klein ha perdido por ocho puntos porcentuales.

Junto a Biaggi también han dado la sorpresa Jessica Ramos, una latina de 33 años que ha derrotado a otro miembro del IDC, José Peralta, senador estatal desde hace casi una década; y Rachel May, una administradora universitaria que consiguió su candidatura después de llamar a cientos de puertas para recoger firmas. Todas ellas recibieron el apoyo de Nixon.Aunque quizá el caso más sorprendente sea el de Julia Salazar, el único nombre junto al de Nixon y Ocasio-Cortez que ha sido capaz de saltar a la palestra nacional antes del jueves. Como Ocasio-Cortez, Salazar es socialista de padres latinos y tiene sólo 27 años. Su nombre ha protagonizado varios escándalos a lo largo de las últimas semanas. Dijo que era inmigrante colombiana, pero en realidad nació en Florida. Dijo que su padre era judío sefardita, pero en realidad sus ancestros paternos eran católicos prominentes de España que se hicieron figuras relevantes de la política en Latinoamérica.De hecho, Salazar incluso dijo que era de familia de clase trabajadora, algo que después quedó descartado cuando se hizo público que Salazar tenía una herencia de más de 600.000 dólares de su padre. Por si fuera poco, Salazar protagonizó otra historia muy bizarra. La candidata fue detenida en 2011 por un supuesto uso fraudulento de la cuenta bancaria de la exmujer de un famoso exjugador de béisbol de los New York Mets.
Pese a las incongruencias, Salazar ha acabado ganando a Martin Dilan, senador estatal desde 2003, en el distrito 18 de Nueva York, el que toca las zonas gentrificadas del norte de Brooklyn como Williamburg, BushwickBedford-Stuyvesant. Y no lo ha hecho por poco: 17 puntos porcentuales. Dilan ni siquiera fue parte del IDC, pero el apoyo de Ocasio-Cortez y Nixon, sumado a su lucha por causas progresistas como los precios inmobiliarios o la gentrificación, le han valido para ser otra mujer joven socialista que luchará por uno de los escaños senatoriales que se decidirán en noviembre.Nixon se ha quedado lejos de acariciar la victoria en Nueva York, pero muchos de los que han luchado en categorías más bajas a la de la gobernatura han salido victoriosos en gran parte gracias a ella. Que Donald Trump tenga tan enfurecida a las bases demócratas tiene algo que ver. Y que Cuomo haya visto en Nixon a una rival a tener en cuenta, también. Hasta hace unos meses, Cuomo se había valido del IDC para poder tener un historial más moderado de cara a una posible carrera presidencial, pero la llegada de Nixon propició que les retirara el apoyo, empezara a hablar de políticas más progresistas y se dejara mucho más dinero en su campaña de reelección.La consecuencia directa de esa estrategia es que Cuomo ha salido reelegido por mucho. Claro que el número de votantes que Nixon y él han convocado —1.482.000 votantes, casi más del triple que en las primarias de 2014— le ha pasado factura a sus otrora aliados. El IDC ha perdido a seis de sus ocho miembros y ahora hay varias mujeres demócratas, y muy progresistas, que en noviembre pueden cambiar el panorama político de Nueva York para siempre: las vengadoras de Nixon.Fuente: revistavanityfair.es