No te compres un coche: por qué es una mala inversión y cuál va a ser pronto la alternativa

Foto: Motores callados en sueño artificial, la velocidad no existe en este lugar encantado. (iStock)Motores callados en sueño artificial, la velocidad no existe en este lugar encantado. (iStock)

Algunos todavía recordarán una de las lapidarias frases que el triatleta de moda Josef Ajram pronunció con su particular estilo en televisión: “Hoy en día la persona que compra un coche y lo paga es tonta. Es un capital que deja de generar”. En opinión del tatuado inversor, es una muestra más de que los españoles no sabemos qué hacer con nuestro dinero. Pero que adquirir un automóvil suele ser una inversión ruinosa desde un punto de vista económico es un tema recurrente.Los últimos que lo han analizado con datos contantes y sonantes han sido los investigadores de la Universidad de Texas F. Todd Davidson y Michael E. Webber, que han analizado el coste que supone tener un automóvil en propiedad en comparación con otras alternativas, especialmente compartir coche o recurrir a otras alternativas como las aplicaciones de consumo colaborativo. Cada conductor puede hacer sus propios cálculos a partir del precio del vehículo, el plazo en que se pague, el interés y el consumo teniendo en cuenta, eso sí, que se trata de datos americanos. Sin embargo, la moraleja es parecida: tener un coche es una de las decisiones menos eficientes que tomamos en nuestras vidas.Si conduces menos de 16.000 kilómetros al año o pasas mucho tiempo en atascos, deberías buscar una alternativa“Hemos realizado un análisis de todos los costes de tener un coche en propiedad, y hemos descubierto que servicios de movilidad como las aplicaciones para compartir coche o el ‘ride hailing’ –que muy pocas personas considerarían hoy su principal forma de transporte– probablemente proporcionarán una atractiva y económica alternativa para una parte significativa de los americanos”, señalan los autores. Se refiere a los polémicos servicios como Uber o Lyft que están convirtiéndose en un complemento al transporte público y que, según sus previsiones, pronto superarán al vehículo privado. 

 Los resultados de su investigación están en sintonía con la tendencia que ha aflorado durante los últimos años y que apunta a que en los próximos años se verá un brutal descenso del parque de automóviles. El pasado verano, ‘The Wall Street Journal‘ anunciaba “el final de los coches en propiedad”, recordando que estas dos nuevas tendencias provocarían que los automóviles, como ocurren con otros servicios proporcionados por máquinas que resultarían demasiado caras en propiedad (desde un horno de pan al transporte en avión) terminarían concentrándose en unas pocas manos que a su vez ofertarían dicho servicio.



La lógica del dinero

Hay una lógica económica palmaria detrás de estas argumentaciones, y es que el automóvil es una de las inversiones menos rentables que se pueden hacer salvo que, como recuerdan los autores, se utilice muy a menudo o suponga nuestro medio de subsistencia. Un artículo publicado en ‘Forbes‘ recordaba que es un bien que se deprecia rápidamente, y que “a medida que envejece, pierde valor rápida y drásticamente”. Es tremendamente extraño que un automóvil se revalorice, y por el contrario, las cargas económicas hacen que resulte cada vez un poco más caro.Hay además otros costes no explícitos, como el tiempo que perdemos conduciendo y que podríamos dedicar a algo productivo como estudiarAño tras año hay que realizar una gran inversión en nuestro automóvil. Por una parte están los consabidos costes de combustible o plaza de garaje, pero también otros que disparan sensiblemente el coste y que aumentan año tras año como el del seguro o las hipotéticas reparaciones. Como recordaba el pasado año el comparador ‘Rastreator‘ a partir de los datos de la Agencia Tributaria, el mantenimiento de un coche nuevo supera su precio de compra en un plazo de 12 años. Hay además otros costes que no son explícitos, como el tiempo que perdemos conduciendo cada día y que podíamos dedicar a una actividad productiva como estudiar.Por todo ello, los autores concluyen que “si conduces menos de 10.000 millas al año [unos 16.000 kilómetros; los españoles suelen hacer menos de 10.000 al año], pasas mucho tiempo en atascos de tráfico, o das una gran importancia al tiempo que gastas conduciendo y que podrías dedicar a otra cosa, nuestros cálculos muestran que los servicios de movilidad pueden ser la opción más barata”. Era una lógica aceptada en las grandes ciudades como Nueva York, donde el coste de la plaza de garaje y la alta congestión de tráfico hacían más rentable utilizar el taxi. Pero pronto esto se trasladará a todas las regiones.

El automóvil era un signo de éxito, ¿seguirá siéndolo? (iStock)
El automóvil era un signo de éxito, ¿seguirá siéndolo? (iStock)

El automóvil es uno de los bienes menos utilizados; incluso en el más optimista de los casos, un 4% de la jornada diaria. Como recordaba el informe ‘La disrupción tecnológica ya está aquí’ de Arcano, “de media, empleamos el coche menos de una hora de las veinticuatro que tiene un día. Un sistema de economía colaborativa con coches autónomos debería ser capaz de ofrecer soluciones de transporte mucho más seguras y baratas, en parte debido a la mayor eficiencia en el uso del vehículo. De ahí se deduce que podría reducirse la demanda de coches”. Algo que, recuerdan, ya ha ocurrido en EEUU a pesar de la bonanza del consumo.

Una nueva cultura

Si el automóvil es caro y se devalúa rápidamente, ¿por qué seguimos gastando dinero en él, si tan poco eficiente resulta? Las explicaciones que aducen los expertos son, en primer lugar, culturales. Como bien saben los publicistas y expertos en ‘marketing’, el automóvil es uno de los productos que más movilizan las emociones del consumidor, asociado recurrentemente con su libertad y la expresión de su identidad, lo que hace que esté dispuesto a pagar un poco más por un producto que es también percibido como un signo de estatus. “¿Estarán dispuestos a renunciar a la idea de comprar un coche como una expresión de identidad para recuperar parte de su tiempo libre?”, se preguntan los investigadores.Estamos inmersos en una épica carrera por capturar una parte del mercado y ser los primeros en desarrollar vehículos autónomosEn opinión de Davidson y Webber, esta cultura va a cambiar pronto: “Para muchas personas, el concepto de los años 50 de conducir como una expresión de la libertad individual ha sido reemplazado por la brutal realidad de que conducir es a menudo una tarea tediosa”. Nada de espacios abiertos y velocidad punta, la mayor parte del tiempo se pasa en atascos causados por una cultura en la que el hecho de que cada ciudadano disponga de su propio automóvil reduce precisamente los valores asociados con ellos (libertad, velocidad). Los gobiernos también están interesados en estimular una industria de la que depende gran parte de la economía a través de planes como el PIVE en España.Los cálculos de los profesores tejanos, no obstante, muestran que es mucho más eficiente para todos –consumidores y emprendedores– reducir sensiblemente el parque de automóviles. Estos ponen el ejemplo de la creación de una flota de vehículos en una ciudad como Nueva York con un coste de 20.000 por automóvil y 25.000 el sueldo mensual del taxista; en total, 145.000 por un servicio de cinco años, dejando al lado los costes variables. Un coste que puede descender drásticamente en cuanto se comiencen a utilizar regularmente coches autónomos que permitan prescindir del coste del conductor. Como recuerdan los autores, “Uber, Alphabet y muchas de las compañías de automóviles lo han entendido, y es una de las muchas razones por las que estamos inmersos en una épica carrera por capturar una parte del mercado y ser los primeros en desarrollar vehículos completamente autónomos”.Fuente: elconfidencial.com