Theresa May sobrevive a la moción de confianza organizada por los laboristas

El Gobierno británico ha ganado por solo 19 votos: 325 frente a 306

Otra más. Y son incontables ya las veces que Theresa May ha conseguido superar desafíos como el que ha ganado este miércoles en el Parlamento británico. De todos ellos ha salido magullada, tocada, pero nunca hundida. La primera ministra británica ha salvado, tras la humillación a la que le sometió la Cámara de los Comunes el martes, otra vez por los pelos, la moción de censura contra su Gobierno planteada por el líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn.

La Cámara de los Comunes ha apoyado a la «premier» y con 306 votos a favor y 325 en contra de esa moción, ha dado un respiro a una May que ahora tendrá que buscar una estrategia diferente (tiene 3 días para hacerlo) para tratar de llevar a cabo el Brexit y, de paso, conservar su puesto.

El resultado de esta moción estaba ya predestinado desde el momento en que los diputados euroescépticos rebeldes de su partido que la humillaron el martes, los 118 que votaron en contra de su acuerdo, repitieron, por activa y por pasiva que iban a apoyar a May.



La jugada le salió mal a Corbyn sencillamente porque, para los rebeldes «tories» una cosa es juguetear y humillar a su líder con el brexit y otra es entregar el Gobierno al laborismo y arriesgarse a perder su escaño en unas elecciones generales anticipadas. Boris Johnson y los suyos cerraron filas con su jefa y dejaron a los laboristas solo con el apoyo de nacionalistas escoceses y galeses, liberales demócratas y el partido verde.

Corbyn trató de aprovecharse de la debilidad de May tras el varapalo que recibió la «premier» y apostó por tratar de sacarla a la fuerza de su puesto. Pero la primera ministra, con un master en resiliencia, resistió de nuevo. No ha caído en ninguna de las últimas veces que ha sufrido un revés ni ante el órdago que sus propios correligionarios le echaron allá por el mes de diciembre. De hecho, salió reforzada de esa situación ya que los que la querían tumbar como líder conservadora ya no lo podrán volver a intentar hasta, al menos, dentro de un año.

Pero la clave de que la moción no saliese adelante la tuvieron los 10 diputados del Partido Unionista de Irlanda el Norte (DUP). La formación que sustenta al Gobierno de May respaldó, esta vez, a la primera ministra británica a pesar de rechazar de plano su pacto del brexit.

En lo que al debate en sí se refiere, Corbyn fue el primero en tomar la palabra e iniciar el fuego cruzado con May. Llamó «Gobierno zombie» a su Ejecutivo y le reprochó no dimitir tras la abultada derrota del martes y enterrarse con ella el acuerdo que el líder laborista calificó como «Frankestein».

Pero ni el mismo fue capaz de concretar en ningún momento la estrategia de su partido para el futuro si finalmente consiguiese esas elecciones generales que tanto busca. Atrapado entre la división interna que le presiona para decidirse por un brexit suave o apostar por un segundo referéndum (70 de sus diputados le pidieron ayer por carta que se decidiese por esta opción), Corbyn fracasó de nuevo al tratar de hacer caer a May.

Mientras su predecesor, David Cameron, repetía en la BBC que no lamenta haber convocado el referéndum de 2016 que ha derivado en el bloqueo que ahora vive la política británica, la «premier» elevaba el tono de reproche contra su archienemigo político, al que llamó «traidor hacia todo lo que ha defendido el laborismo». May tachó de «calamidad» y «tragedia nacional» un posible gobierno encabezado por Corbyn.

La primera ministra, que ya se enfoca en buscar «soluciones» al encallamiento del brexit, anunció tras la votación que comenzaba ayer mismo una ronda de contactos con las diferentes formaciones del Parlamento para tratar de cooperar con ellas y buscar su respaldo. Sin embargo, en esas conversaciones no participará, en principio, el líder de la oposición. May decidió no sentarse con Corbyn tras la batalla de ayer, que, otra vez, ganó.

Fuente: www.abc.es