El baile de la muerte y el sufrimiento del pueblo soberano venezolano


Ciro Añez Núñez

Eldía viernes 22 de febrero del presente año, los medios de comunicacióninternacional como ser: Clarín de Argentina, El Comercio de Perú, CNN enEspañol, entre otros más, informaban sobre la muerte de dos personas indígenasen un enfrentamiento entre la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (FANB) y unacomunidad indígena que está a favor del ingreso de la ayuda humanitaria alpaís, bloqueada por el régimen de Nicolás Maduro.

Al día siguiente, esdecir el día sábado 23 de febrero de 2019, ante los medios de comunicaciónnacional e internacional, apareció Nicolás Maduro bailando salsa con su esposacuando casi simultáneamente en las fronteras de Venezuela se desataba la violenciapor la ayuda humanitaria. 



Aquelbaile del tirano lamentablemente no puede ser otro que el baile de lamuerte pues bailó después de la muerte de dos indígenas venezolanos ymientras lo hacía, los medios de comunicación internacionales informaban que enla frontera con Colombia, los uniformados del gobierno de Maduro impidieron,con bombas lacrimógenas y balas de goma, el ingreso de furgones cargados dealimentos y medicinas por los puentes que comunican a las ciudades venezolanasde Ureña y San Antonio con la localidad colombiana Cúcuta, mayor centro deacopio de la ayuda humanitaria.

Entrelas filas que apoyan a Nicolás Maduro, tras el intento fallido de ingresarayuda humanitaria por fronteras de Brasil y Colombia, no faltó quien aplaudió alas fuerzas de seguridad del régimen de Maduro aduciendo que defendieron deforma cabal, la «dignidad» y «soberanía» de Venezuela yLatinoamérica, no siendo esto, otra cosa que un total y lamentabledespropósito.

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Enla boca de los políticos es muy común escucharlos usar las palabras “dignidad”y “soberanía” como muletillas pero veamos que se entiende por cada una deellas.

Dignidades la cualidad del que se hace valer como persona, se comporta conresponsabilidad, seriedad y con respeto hacia sí mismo y hacia los demás; y, nodeja que lo humillen ni degraden.

Cuandohablamos de Soberanía se dice que ésta reside esencialmente en la Nación(denominada también como el pueblo) y una manifestación de ésta es el poderestatal de tomar decisiones en última instancia, sin sometimiento a ningunaotra organización. En otras palabras, el poder estatal está supeditado yfundando en la soberanía del pueblo.

Ahorabien, recordemos que Nicolás Maduro fue «reelegido» entre denunciasde fraude y antes de darse tal situación, fue él quien convocó a una AsambleaNacional Constituyente sin legitimidad (sin consultar al pueblo, al soberano),y fue ésta constituyente la que viabilizó la posibilidad de reelección. Contodo ello, queda claro que el gobierno de Maduro es una dictadura, no esdemocrática aunque usa ese término como estribillo o muletilla en sus discursospolíticos.

Bajoestos antecedentes, de qué soberanía y dignidad estamos hablando, cuandoresulta que el gobierno de Maduro en realidad fue fabricado, confeccionado y hechoa su medida por él mismo a través de una Asamblea Nacional Constituyenteimpuesta, es decir, exenta del titular de la soberanía; y, para el colmo demales, su comportamiento no es de respeto con su propia gente (que pide yrequiere ayuda humanitaria) ni con los demás, por cuanto la comunidadinternacional pretendiendo dar alimentos y medicinas al pueblo venezolanoresulta que es atacado y reprimido brutalmente, quemando los furgones cargadosde alimentos y medicinas, mientras baila públicamente mostrando una alegría porla faena realizada un día antes y ese mismo día.

AmnistíaInternacional (AI), el año pasado, publicó un reporte sobre la situaciónextrema de los derechos humanos en Venezuela. Las medidas represivas del EstadoVenezolano, según dicha organización, han ocasionado “graves violaciones a losderechos humanos y, en especial, ejecuciones extrajudiciales”. Mientras tanto,la OEA ha documentado 8.292 ejecuciones extrajudiciales desde el 2015 y que12.000 venezolanos han sido detenidos arbitrariamente desde que Maduro fueelegido en el año 2013.

Lacrisis humanitaria incluye el colapso del sistema de salud, que según elInforme de la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para losDerechos Humanos, el régimen de Maduro detiene “a los médicos, pacientes ytrabajadores de los medios de comunicación que denuncian la gravedad de lasituación sanitaria” y también señala “la presencia de miembros de la GuardiaNacional Bolivariana, la milicia y los colectivos armados en el recinto de los hospitales,los que se ocupaban de impedir que periodistas y otras personas reunieranpruebas de las terribles condiciones imperantes”. Para más información accederal link: https://www.ohchr.org/Documents/Countries/VE/VenezuelaReport2018_SP.pdf

Elrégimen de Maduro no puede ser digno ni soberano pues  todos susactos demuestran una imposición intencional de condiciones de vida a su propiopueblo dejándola a un nivel de esclavitud, supeditado a lo que él como amodiga, haga o disponga, al extremo que les priva de alimentos y medicinas; y,para el colmo de males se suman los recientes acontecimientos de muerte yviolencia contra su propia gente siendo todo ello una forma de exterminiocontra quien piensa diferente a él y a su régimen sin importarle siquiera laafrenta que ocasiona a la Comunidad Internacional que desea prestar ayudahumanitaria a ese pueblo sufrido.

Alpropio estilo del perro del hortelano, el régimen  de Maduro no comeni deja comer, por cuanto no provee a su pueblo de un buen sistema de saludpública pero tampoco deja que ingresen medicinas para paliar las gravesdeficiencias que ésta posee, por el contrario, las destruye, las quema.

Estamosfrente a crímenes de lesa humanidad, previsto en el artículo 7 de la delEstatuto de Roma de la Corte Penal Internacional, lo cual incluye entre otrassituaciones, los asesinatos y el exterminio, traducido como la imposiciónintencional de condiciones de vida, esto es: la privación del acceso aalimentos o medicinas, entre otras, encaminadas a causar la destrucción departe de una población, todas estas conductas atentan a la humanidad.

Esuna verdadera lástima, nada digno, ver a un dictador tirano con totalinsensibilidad, bailar en su salsa (grupo de seguidores, compuesto porfuncionarios públicos, entre otros afines a su régimen) y darse el lujo dehablar de «soberanía» cuando resulta que el auténtico soberano de supaís es quien se encuentra sometido, burlado, sufrido y apresado en su propioterritorio, merced a los designios de él mismo (de Nicolás Maduro y surégimen), siendo él quien decide quien sale y quien entra, si pueden o no serayudados, si pueden tener o no medicinas o más alimentos.

Aestas alturas, es ya imposible ocultar los crímenes de lesa humanidad de Maduroy llegó la hora que la Comunidad Internacional de forma decidida avance en latoma de decisiones y acciones que liberen al pueblo soberano de Venezuela quese encuentra oprimido y reprimido en manos de un dictador, donde finalmenteéste último y sus secuaces sean juzgados y condenados por sus crímenes ante laCorte Penal Internacional.

Endefinitiva, todo lo acontecido por el régimen de Maduro no es digno ni soberanoy el baile de la muerte que realizó es una muestra clara de su sadismo, propiade la personalidad déspota y tirana de un dictador y quienes lo aplaudan eslógico suponer que son de su misma condición, por ende debiera causar alarma ydarse por avisado para evitar que en otras partes de Sudamérica continúepropiciándose aquel baile de la muerte junto al sufrimiento del pueblo soberanocoaccionado.