El cartel de Sinaloa sigue vivo y su líder, Ismael Zambada ‘el Mayo’, no ha pasado ni un día en prisión. La discreción es la clave de su éxito.
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El gobierno de Estados Unidos ofrece 5 millones de dólares por su cabeza. El Estado mexicano, más modesto, garantiza 30 millones de pesos, poco más de un millón de euros. Ismael ‘El Mayo’ Zambada es el hombre más buscado de toda Latinoamérica. Uno de los grandes misterios de las agencias internacionales de inteligencia es cómo ha logrado sobrevivir durante 50 años como capo de la droga sin ser apresado por las autoridades o asesinado por alguno de sus rivales en el mundo del hampa. En juego, un negocio que según la DEA (la policía de la droga de Estados Unidos) produce solo en ese país remesas de 11.000 millones de dólares al año. Teniendo en cuenta que al Mayo se le atribuyen “logros” como haber abierto nuevos mercados en países como Australia, esa cantidad podría ser muy superior.
Ismael Zambada, el hombre que controla el cartel de Sinaloa, la mayor empresa delictiva del mundo, tiene a tres de sus siete hijos (que podrían ser nueve) y a su hermano en la cárcel en Estados Unidos pero él ni siquiera ha pisado un penal. Mientras su antiguo socio Joaquín Guzmán Lorea, El Chapo, aguarda en Nueva York una sentencia que con toda certeza será de cadena perpetua y se hizo famoso por sus dos fugas de un penal de máxima seguridad, el Mayo sigue campando por los montes de Sinaloa. “El monte es mi casa, mi familia, mi protección, mi tierra, el agua que bebo. La tierra siempre es buena; el cielo, no”, dijo Zambada en una entrevista concedida en 2010.
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Según los Registros de la Librería del Congreso de Estados Unidos, Zambada es un “exgranjero con un amplio conocimiento agrícola y botánico” que aprendió a “enganchar su negocio en otras organizaciones más grandes”. Su carrera delictiva arranca a finales de los años 70, cuando se alía con Amado Carrillo Fuentes, líder del cartel de Guadalajara. Cuando la organización criminal se desarticuló a finales de los 80, se dividió en tres, el cartel de Sinaloa, Juárez y Tijuana. Durante los años 90, los tres convivieron siempre con refriegas a cuestas, pero a principios de siglo con El Chapo y El Mayo como jefazos, Sinaloa comenzó a tomar delantera, muchas veces por el método de liquidar a sus enemigos.
Fuente: revistavanityfair.es
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