“Mi madre parece que fue contagiada por mi padre y tiene VIH/Sida y no hay dinero para seguir viviendo”, relataba ante la juzgadora, mientras su abuela y su mamá lloraban en la sala de audiencias, a la que asistieron para ver al adolescente. Las dos mujeres solo lloraban, no decían nada, solamente lloraban al lado de un abogado de Defensa Pública que fue convocado por la juzgadora para que defienda a Juan, ante la carencia de recursos de su familia.Asalto y disparo Durante su testimonio ante la jueza del menor, el adolescente reveló la primera vez que atracó y cómo se vio envuelto en la organización criminal que su padre, exrecluso de Palmasola, lideraba. “Cuando yo caminaba por una calle de la Villa Primero de Mayo, vi a mi padre en su vagoneta y me acerqué a hablarle. Estaba con mi tío. Lo saludé después de mucho tiempo y le pedí plata, porque no tenía para nada y estaba con hambre. Él me dijo que no tenía dinero y me subió a la parte de atrás de su auto.Comenzamos a dar vueltas por la ciudad y nos paramos cerca del supermercado IC Norte, de la avenida Busch y cuarto anillo. Mi papá sacó un revólver que tenía escondido entre sus partes genitales y me dijo cómo iba a utilizarlo”, recordó el muchacho, que minutos después del aprendizaje fue puesto a prueba por su progenitor obligándolo a asaltar a una pareja.“La chica al verme con el arma se asustó y se estaba escapando, pero su cortejo trató de defenderla y le disparé en la cabeza”, contó el adolescente, que también admitió haber abaleado a otro muchacho en la seguidilla de asaltos, que provocó la detención de la banda del ‘auto blanco’. Al final de la audiencia la jueza ordenó su internación en Cenvicruz, pese al llanto de su madre, cuya salud está muy deteriorada, y de su abuela que fue la encargada de cuidarlo, hasta que su padre lo llevó a la delincuencia para que no tenga hambre.
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