Bajo la mirada de expertos, la apuesta de Blooming en la altura


Blooming se irá a preparar durante un mes a Cochabamba. Lo hará a partir del próximo 22 de abril. El sueño de ser campeón del Apertura lo hace afrontar este desafío. El domingo recibirá a Guabirá

Carlos Jordán Paz



Sorprendió a la afición local y sobre todo a los hinchas de Blooming, la decisión que tomó el directorio y el cuerpo técnico de la academia de que el plantel profesional trabaje durante un mes (del 22 de abril al 22 de mayo) en Cochabamba, situada a 2.570 metros de altitud.

Juan Jordán, presidente del club, anunció ayer que esta determinación fue conjunta y con el único propósito de que el equipo celeste tenga más chance de lograr el título.

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DIEZ tocó el tema con tres profesionales que conocen bastante la adaptación y la preparación en ciudades que están a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar.

    Frecuencia cardiaca

    Jorge Flores Aguilera, quien fue miembro de la comisión médica de la Federación Boliviana de Fútbol y representante de la FBF en la comisión de dopaje de la Confederación Sudamericana de Fútbol, considera que la iniciativa de Blooming es acertada, ya que este periodo de adaptación le permitirá al jugador reaccionar de manera positiva a las exigencias que origina jugar en lo que él llama la ‘alta altitud’.

    “El rendimiento de los atletas será positivo: aumentarán y mejorarán los parámetros biológicos de capacidad aeróbica, capacidad anaeróbica, VMO2, mejor comportamiento de la frecuencia cardiaca, que se traduce en mejoría de la velocidad, de la potencia, de la fuerza y de la resistencia del jugador, que se debería traducir en obtener más puntos tanto en el llano como en la alta altitud”, sostiene

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      Además, Flores Aguilera informó de que estudios y datos estadísticos que hizo sobre los efectos de jugar en la alta altitud ya son de conocimiento de la gente de Blooming. “No nos olvidemos que tratamos de mejorar en parte esos parámetros, que los equipos de alta altitud los tienen como una ventaja que viene a ser un dopaje natural que les da, pues el atleta de la altura tiene una producción mayor de eritropoyetina, que aumenta el número de glóbulos rojos en un 20 por ciento con relación al atleta de baja altitud o del llano”.

      Tiempo y distancia

      El tarijeño José Antonio Vaca tiene una vasta experiencia en clubes del país, México y la selección sobre la preparación física de jugadores en ciudades del llano y de altura.

      Contó que años atrás, cuando fue preparador físico de Oriente Petrolero, realizaron este tipo de preparación especial. “Fue muy positivo, aunque cabe aclarar que no todos los organismos reaccionan de la misma manera. La decisión de Blooming es acertada porque para jugar en la altura es fundamental adaptarse no solo a la altitud, sino al tiempo y distancia en la administración del balón. De todas maneras, este periodo de trabajo no te garantizará un triunfo, pero sí garantizará un mejor rendimiento”, sostuvo Vaca.

      La recuperación

        Roberto Ferreira también sabe bastante sobre el tema, pues fue médico de varios equipos cruceños y también de la selección.

        “Para tener adaptaciones fisiológicas de jugadores se requieren periodos de hasta siete días. Pasando los diez días se afronta un periodo de aclimatación. Estas adaptaciones deben ser individuales, aunque cabe aclarar que algunos jugadores asimilan más que otros. Fisiológicamente mejora en el futbolista el sistema sanguíneo y cardiorrespiratorio. En caso de jugar cada tres días y bajar o subir a más de 2.600 metros de altitud, lo más importante es la recuperación de cada jugador”, explicó.

        Fuente: diez.bo