Hace unos días comentábamos aquí sobre el giro en las relaciones exteriores de Bolivia, que durante trece años han estado concentradas en el eje Caracas-La Habana. Los arrumacos con el venezolano Nicolás Maduro no hacen más que dañar la imagen del régimen y conducirlo al aislamiento y por eso mismo han surgido algunos cambios. Todo empezó con una rimbombante reunión con el presidente paraguayo Mario Abdo Benítez a quien se le ofreció un gas que ya no hay y que está comenzando a escasear para nuestros principales clientes. En fin, todos sonrieron para las fotografías de ocasión, pues ese era el principal objetivo. El segundo capítulo de nuestra estrategia diplomática se escribió el martes en Ilo, donde hubo derroche de acuerdos y compromisos de dudosa viabilidad con el presidente peruano Martín Vizcarra. También hubo muchas fotografías. El gran desafío para nuestro país y el más significativo es terminar de normalizar las relaciones con Brasil, el principal socio comercial de la región y hacer lo propio con Argentina. Eso daría la certeza de que hay un cambio genuino y no simples poses.
Fuente: eldia.com.bo