Cuando la sofisticación es una herencia

CRISTIAN MASSUD. CRISTIAN MASSUD.



JOSÉ MARÍA CRIALES. FOTOS

Reposa. Se acomoda, cierra los ojos y se deja llevar. Es medianoche, la Cavalleria rusticana se pasea en medio de una luz débil que ilumina la habitación. En esa paz aparentemente son solo ella y Andrea Bocelli; pero no es así. Una energía muy fuerte y agradable también está ahí. Nunca se fue.

Una niña

    Tenía 14 cuando veía mover los labios y las manos de su tía; era solo una muchacha. Podía pensar en jugar en la calle, corretear como alma libre y mezclarse con otros de su edad, pero Deanna quiso otra cosa. Eligió escuchar a Beatriz Canedo Patiño, la mujer que hizo de su arte un modelo a seguir en el mundo entero.

    Ella la instruía y la pequeña oía. Deanna concluía con su entrenamiento de voleibol, se duchaba y lo primero que hacía era introducirse en ese mundo paralelo de la dama que -en 2016- partió de esta tierra y dejó un sello insustituible. En el taller ocurría siempre lo mismo, se quedaba hipnotizada por una tela que despedía un brillo resplandeciente. No sabía qué era, pero sus pupilas no se desprendían de esta.

    – “Eso es alpaca”, le dijo su tía.

    Y eso no lo olvidó nunca. Hoy sabe que puede haber hasta 26 tonalidades naturales de esa tela noble. Eso y ‘todo’ lo demás se lo enseñó la ‘reina de la alpaca’. Deanna tenía 14 años cuando su tía le contaba de la vez que llegó a París y comenzó a transformarse en una de las diseñadoras más importantes del siglo XX en Bolivia.

      La perfección, la exigencia, la sofisticación, el buen gusto, la pasión y la disciplina fueron la herencia de Deanna.

      Una joven

      Terminó el colegio y Beatriz le dijo que buscara su luz, pero la ‘niña de sus ojos’ ya había sido atrapada por una magia que había llenado el emporio de la gran modista. “Si quieres puedes volar, pero siempre tienes que volver a tus raíces”, eso fue lo que pareció decirle la mujer que llegó a vestir a grandes personalidades mundiales, como Hillary Clinton, Sofía de España y el ya retirado presidente francés Jacques Chirac.

      Tomó el avión y se fue. Se formó en Relaciones Públicas en Florida y elaboró una maestría que iba de la mano con esa carrera en Madrid. Llegó a ser la primera mujer hispana en la dirección de Marketing del Walmart en Arkansas y también vicepresidenta de Mastercard para Latinoamérica; además, lideró estrategias de mercadeo para empresas, como Fortune 500, Western Union, Grupo BBVA, Citigroup y Diageo.

      Vivió en EEUU y en algunas ciudades de Europa y Latinoamérica. Cuando estuvo lista, retornó como una hija pródiga. Volvió al regazo de su maestra.

        Una mujer

        Nació bajo el dominio de la casa Géminis. Eso hace 40 inviernos. Todos los días se levanta temprano, mueve sus 1,68 m y desaparece en la avenida Arce de La Paz. Usa una básica oscura; el negro es su color favorito. En sus brazos lleva a Chloe, un perrito que rescató de El Alto. El cachorro corre, pasa la puerta y coloca sus cuatro patas en la vitrina del atelier BCP.

        -“Señora, hay un perro en la galería”, le dicen muchos.

        Ella suelta una risita. Ya sabe que es su hijo peludo, el único compañero fiel que tiene ahora. Ese can la tiene enamorada y no se desprende nunca de él. “Parece una vicuña”, encierra.

        Hace dos años Deanna cambió. Era talla 4, hoy es 10, por un problema de la tiroides.

        – “No puedes estar pasada de peso, porque estás a cargo de una tienda de modas”, le apuntaron sus amigas. Ella no las escuchó.

        Una marca

        Deanna cree que una mujer BCP es diferente, libre, única. Puede ser lo que quiera ser. Y para eso está ella, para mimarla, aconsejarla y llevarla por el ‘camino del bien’. En el atelier de la arteria paceña se brinda un servicio personalizado y se debe hacer una reserva con Deanna.

        Los trajes son exclusivos y dependen de las características de los clientes -que son únicas y variantes-, es decir, como el color de la piel, la estatura, el cuerpo, el color de los ojos y hasta el color del cabello influyen en la elaboración de las prendas.

        Una mujer BCP o un hombre BCP son aquellos que se sienten bien con una indumentaria y no esos que usan lo que la sociedad les impone. “Si alguien es gordito no tiene porqué ponerse un traje apretado, solo porque la gente dice que está de moda”, cree.

        Esa línea la entienden todas esas hormiguitas que hilvanan las telas. Muchas de ellas acompañaron a Beatriz hace años. Ahí, en esa vorágine de colores, creen que la dama sigue a su lado. Fueron reclutadas por ella. Y cuando se convertían en las elegidas significaba bastante para todas.

        A Beatriz no le importaba la apariencia. Olía sus talentos. Contaba con su gente. Nadie era menos, porque uno tuviera una prótesis en la pierna o porque a otro le faltaba un brazo. Hoy los hermanos Moreno siguen siendo fieles a la firma BCP, ambos son sordomudos y son dueños de unas manos prodigiosas.

        Deanna entendió el verdadero mensaje. El uso de textiles de camélidos, como la vicuña, la alpaca y la llama, son amigables con el medioambiente. BCP no discrimina y apoya la diversidad de género. El 26 de julio se lanzará la colección Viento (que ya se dio de probar a Santa Cruz en Diseño y Autores Bolivianos).

        Serán 70 piezas que llevarán modelos de todo tipo. Habrá aquellos con rasgos indígenas, una transgénero, las jovencitas de 17 años y las de 50, todas bajo la misma bandera: inclusión.

        Deanna ha seguido engrandeciendo el nombre de Beatriz, su tía, su segunda madre, su mentora y su amiga. Ahora exporta a Italia y en febrero de 2020 hará el relanzamiento de la marca en la Semana de la Moda de Nueva York. Tiene mucho más por hacer. Está ocupada. Trabaja de día y de noche. Pero antes de que Beatriz partiera, Deanna trabajó codo a codo con ella en la sucesión durante varios años.

        Hoy Deanna es la ‘princesa de la alpaca’. Se ganó el título en poco tiempo. Despierta. Bocelli sigue cantando. La luz pestañea. Es hora de seguir creando.

        Elegante. El hombre BCP es moderno y a la vez versátil. Las prendas son amigables con la naturaleza. Deanna cuenta que en Europa admiran el trabajo ‘made in Bolivia’. Muchos aún se sorprenden con la calidad.
        Modelos. Perfección y sofisticación son sinónimo del estilo BCP. La marca busca preservar la cultura de Bolivia. La última colección Viento fue inspirada en el paisaje andino.

        Fuente: sociales.com.bo