“Estoy vivo gracias al milagro de Dios. No hay otra explicación”, comentó el exfutbolista Hugo Pérez Elías, recordado valor del balompié valluno en los clubes Wilstermann y Bata, entre otros planteles, además en la selección nacional.
A raíz de una enfermedad respiratoria por una complicada neumonía y la gripe AH1N1, Pérez estuvo internado 50 días en la clínica Belga, donde incluso ingresó a terapia intensiva y hasta pidió a Dios que se lo lleve para poner fin al sufrimiento. Aun así, el exjugador ganó el partido más difícil de su vida.
Con los ojos llenos del ayer, recordando su época de jugador y el momento duro que le tocó vivir, Pérez no halla otra explicación a su recuperación: la voluntad de Dios.
“El médico Ronald Claros, después de 15 días de estar en terapia intensiva, algo que no se lo deseo a nadie porque es muy traumatizante, vino y me dijo ‘Hugo, anoche se pasó. No sé cómo ha vuelto ni conozco las circunstancias, pero ahora usted está yendo para arriba (en su recuperación)’. Yo le pedí incluso a Dios que me lleve, ya que cuando uno no está en buenas condiciones es mejor que no sufra la familia, porque las circunstancias son adversas. Ahora estoy recuperándome, necesito 30 días más para hacerlo, pero entre seis meses a un año para restablecerme después de perder peso”, relató Pérez.
A momentos y durante la entrevista, Hugo recuerda esos duros momentos en terapia intensiva, excepto aquellos en los que estuvo en coma inducido. Los ojos se llenan de lágrimas al acordarse de esto, pero se contiene y prosigue con el relato del milagro de Dios en su vida.
Y no es para menos. Dios, además de darle una nueva oportunidad, se manifestó en el apoyo de su familia y amistades, pilares fundamentales que le dieron el impulso para tomar fuerzas y aferrarse a la vida. Ahora goza de otra oportunidad.
El cariño de su familia es el motor fundamental para seguir adelante. Su esposa Jenny Triantáfilo, sus hijos Michel, Jasson y Edson, además de sus nueras y nietos son el aliciente para su recuperación.
“Estamos acá con la familia gracias a Dios, con los recuerdos de todos los amigos. La amistad y el cariño que se tiene con ellos es algo que no tiene precio. Me emociono porque los muchachos se portaron extraordinariamente. Jasson (Pérez) me mostró una foto de gente adventista en El Alto unidos orando por mí, por alguien que no conocen. Eso es algo encomiable”, destacó.
Dios es primero en sus agradecimientos. Desde luego su familia y amigos, pero sin olvidar al personal médico de la clínica Belga. “Agradecer a los doctores Ronald Claros, a José Guzmán, quien estudió con una de mis cuñadas en Estados Unidos. También a Alfredo Maldonado y el personal que me atendió”, concluyó Pérez.
Calvario
Durante su internación, Hugo Pérez rozó la delgada línea entre la vida y la muerte. Le aplicaron más de 200 medicamentos para tratarle las afecciones de los pulmones.
La internación también fue una situación traumática y que aún le afecta recordar.
“No fue nada fácil. Yo pedí a Dios morir, pidiendo la paz que necesitaba. Me llevaron incluso un psiquiatra porque pensaron que estaba desequilibrado. Me amarraban para que no me levante, tenía alucinaciones. Fue como un calvario”, recordó Pérez.
Pérez (segundo de der. a izq. de pie) con la selección nacional.
EQUIPOS DE FúTBOL 2
APUNTE
“Sentir a Dios te da mucha paz”
“Quien guía todo esto es Dios. Aprendí en poco tiempo y los conmino a ver la realidad. La presencia de Dios es algo que llegas a palpar”, dijo Hugo Pérez.
OPINIONES
«El problema fue que me dio una neumonía que me liquidó los pulmones, luego me dio la gripe AH1N1. Tuve que internarme para tratarlo.
Hugo Pérez
Exfutbolista
«Cuando Hugo empezó con el resfrío, le decía que vaya al médico. Lo llevamos al doctor y ordenaron su internación y fue desmejorando.
Jenny Triantáfilo
Esposa
Tuvimos momentos difíciles. Así como lloras de alegría, también de tristeza. Dios y el amor son vitales en la vida de las personas.
Siempre ligado al fútbol, Hugo Pérez hizo un análisis de la actualidad del balompié nacional proponiendo un proyecto a mediano y largo plazo para retomar lo hecho en décadas pasadas y mejorar para así tener los resultados deseados.
La sugerencia parte de consolidar el proyecto y traer profesionales extranjeros, emulando así el trabajo que se planificó en Venezuela y que hoy en día ha dado sus frutos.
“Bolivia tuvo lo mejor del Mundial en Estados Unidos 1994. Tuvimos calidad de jugadores como (Julio César) Baldivieso, (William) Ramallo, (Ramiro) Castillo, (Erwin) Sánchez y otros tantos. Me dio coraje que no llevaran a Erwin “Chichi”Romero , a quien justamente esa época lo contratamos en Wilstermann”, recordó Pérez.
La comparación de Bolivia con las restantes realidades de Conmebol es prácticamente una obligación.
Ante esto, Pérez anticipó que en el fútbol nacional se debe dejar de ser “inmediatos” en resultados, ya que luego se tropieza en el mismo error y no se da lugar al ansiado proceso.
“Me comprometo a formar una comisión con gente de fútbol, el Gobierno, las instituciones. Que vengan formadores de talentos de Brasil, Argentina. Dejemos de lado las mezquindades. Presentaremos un proyecto de perfil ‘Bolivia Nueva’ con dos categorías de jugadores de 14 a más años”, puntualizó.
Cadena de oración para Hugo Pérez por parte de la Iglesia Adventista en El Alto.
FAMILIA PéREZ
La familia, el apoyo fundamental de Hugo
La familia Pérez Triantáfilo vivió en carne propia el problema de salud de Hugo Pérez, aquella que paulatinamente se fue desgastando a medida que la enfermedad avanzó. Fue un viacrucis para ella.
“Se tomó la decisión de llevarlo a terapia intensiva. Llamé a mis hijos para hablarlo. Es fácil ingresar a terapia intensiva, lo difícil es salir. Se reunieron todos con su papá, fue prácticamente una despedida momentánea, pero tenía fe de que no pasaría más. Fue entubado e inducido al coma”, contó Jenny Triantáfilo, esposa de Hugo y que vivió de cerca el drama de su marido.
En terapia intensiva Hugo pasó su cumpleaños 71 (4 de julio de 1948) y estuvo unos instantes con su esposa e hijos, quienes lo acompañaron en la celebración por su nuevo año de vida.
Y la vida fue el designio de Dios para que el exfutbolista pueda dar un salto del limbo hacia su realidad.
“Le dije que este era el partido más difícil de su vida, que debía superarlo y ganarlo. Y así lo hizo”, completó Jenny.
Por su parte, su hijo Jasson habló sobre la cadena de oración que se armó en El Alto, Brasil, otros departamentos de Bolivia, Estados Unidos e incluso Irlanda, donde los pastores adventistas y los feligreses fueron vitales para el pedido a Dios.
“Hay momentos de mucha prueba, de mucha angustia. A veces mi esposa y mis hijos paraban llorando y orando para que mi papá se recupere. La familia ha sentido mucho esta situación, porque incluso la fe a veces flaquea. La vida pasa rápido y a veces no nos decimos muchas cosas o palabras”, apuntó Jasson.