El gobierno chileno se ha visto obligado a decretar el toque de queda para contener las furiosas protestas que ocasionó un leve incremento en la tarifa del servicio de trenes subterráneos en la ciudad de Santiago, medida que ha debido suspenderse ante el descontento popular. Las manifestaciones, que derivaron en la destrucción de instalaciones públicas, tienen una similitud con las reacciones que se produjeron hace algunas semanas en Ecuador, donde el presidente Lenín Moreno también tuvo que dar pie atrás en la eliminación de los subsidios a los precios de los combustibles que hubieran significado aumentos de hasta el 120 por ciento. Como ya lo habíamos anticipado, se trata de esfuerzos que hacen distintos regímenes sudamericanos por desmontar el populismo en la región, que acostumbró a la población a precios subvencionados que se han vuelto insostenibles. Es bueno estar atentos a este tipo de conflictos pues, así se mantengan los subsidios, la convulsión es inevitable. El socialismo ha dejado en situación de quiebra a los Estados y esa factura la paga el pueblo.
Fuente: eldia.com.bo