Lágrimas por nuestra Patria

Mauricio Aira

Tres noches enteras sin conciliar el sueño, 24 horas pendientes de cuanto ocurre en Bolivia, temiendo siempre lo peor, sangre en las calles y plazas viendo a la primera víctima Waldo Albarracín, herido en la cabeza, activista de Derechos Humanos, hoy Rector de la Universidad boliviana más numerosa y prestigiosa. Horas de angustia, de patética espera, de ansiedad sin fin desde cuando algún maleficio frenó la emisión del TREP (conteo electoral) que venía registrando resultados en “boca de urna” el 20 de octubre, cerca de las 20.00 Hrs. Freno que duró casi 24 horas, ante la estupefacción de votantes y observadores.

Resultó por cierto algo inaudito, sorpresivo e inexplicable. Al reanudarse el conteo las cifras estaban alteradas al punto que al ser publicadas por El Deber, provocaron el colapso de un electorado expectante y esperanzado en el cambio de preferencias que se registraba en favor de C.C. de Carlos Mesa, del sofocón a la reacción colectiva. Fraude. Se nos está robando el voto, ya había ocurrido el 21F del 2016. Fraude intolerable anticipado por los 100 veedores de la OEA, no tiene asidero. Horas después A.Costas vicepresidente del Òrgano Electoral renunció airado “un desatino” que movió al líder de la oposición Carlos Mesa lanzar su acusación. “Es un fraude escandaloso, lo vamos a probar”.



La acción del TSE removió los cimientos de la nacionalidad. Pocas horas más tarde se produjeron grandes concentraciones, cabildos, paralización de las actividades en forma encadenada como efecto dominó. Así escenas inéditas de colectivos que llenaron calles y plazas en franca rebelión y la articulación de esfuerzos contra el Gobierno de Evo Morales quién compareció hasta ahora en 3 ocasiones, 2 conferencias de prensa desde “la Casa Grande” y otra desde una ceremonia militar en Carcaje para reclamar su triunfo y anunciar socarronamente la reacción de sus leales (conocidos como movimientos sociales) que llenarían escenarios masivos a su favor.

Por primera vez grupos de jóvenes, de mujeres, de profesionales y diversos colectivos como trabajadores, empresarios, transportistas, universitarios llenan sitios emblemáticos del Eje Central reclamando “una segunda ronda electoral” que no se define. Se han producido incendios, encontrones de grupos opuestos con ciudadanos heridos, policías que se han resistido a disparar contra los manifestantes, con pronunciamientos numerosos en Tarija, Sucre, Potosí y las capitales del Eje Central, a tiempo que cocaleros, gremialistas, “ponchos rojos, “bartolinas” y otros marchan desafiantes y la denuncia de Mesa, de existir “orden de su apresamiento”. Ante cuadro tan feroz y tan doloroso, la Iglesia Católica acompaña al boliviano y pide respeto a su voto y demanda la ayuda de Dios para detener la violencia!