¿Qué dicen sus papás?, es la pregunta innevitable. El varón se da la vuelta y dice: “Ahí está mi mamá”. Y sí, su mamá camina detrás de él. “Esta vez yo también vine a defender mi voto, dice la mujer. “Mi hijo está en las marchas desde el primer día, es su decisión, me da miedo, pero lo tengo que apoyar. Le aconsejé que no emita ningún discurso de odio, que no sea violento, que sea valiente y defienda lo que cree, pero sin atacar a los demás”, añade.Por el lugar pasa otro grupo de adolescentes que también votaron por primera vez. “Estamos en la promoción y estamos aquí para hacer respetar la decisión del pueblo y demostrar que no creemos las ridiculeces que nos dicen. No queremos violencia, si alguien provoca no responderemos con puñetes, sino hablando”, afirman uno de los chicos.Saben que el presidente Evo Morales dijo que salen a protestar “por platita y por notita”. “Es una falta de respeto, estamos aquí por nuestra voluntad”, comentan.
Pero la no violencia y evitar discriminación no son los únicos acuerdos a los que llegaron para salir a manifestarse: están organizados para protegerse del ataque de cualquier grupo y de la represión policial.Horas antes de las concentraciones, los grupos de WhatsApp que abrieron hierven con mensajes, primero de dónde se reunirán y, segundo, de consejos y recomendaciones; entre ellos no olvidar los barbijos y el agua con bicarbonato para soportar los gases lacrimógenos.“Hay chicos que se fabrican barbijos con filtros para poder respirar”, comenta Mayra. “Algunos se llevan hasta botiquines, por si les pasa algo”, añade. Si aparece alguien que incita a la violencia, lo filman y lo entregan a la Policía.
Ignacio, que también votó por primera vez, cuenta que además de esos elementos, tienen que llevar marcadores y hojas en blanco. Añade que hacen carteles con frases de protesta, al menos tres cada uno. Él no lleva ningún cartel a la vista. “Están dentro mi mochilita”, explica. Descarga su mochila y saca un cuaderno, ahí está su cartel, pintado en dos hojas, con un marcador azul. “TSE ni mi ex era tan cínica conmigo”, dice su “pancarta”, que vuelve a guardar. La sacará cuando esté en la marcha por la plaza Abaroa, donde están las oficinas del TSE.“Por el WhatsApp nos recordarnos lo que tenemos que llevar”, afirma. “Ay, por supuesto, la bandera de Bolivia, todos tenemos que llevar una”, añade mientras continúa su camino hacia la concentración en la 21 de Calacoto. Camina apurado y la tricolor que lleva amarrada a su cuello se vuelve una capa.Fuente: https://www.paginasiete.bo
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