La diplomática ha sido expulsada del país y en la sede de la legación permanecen refugiados dirigentes del gobierno del expresidente Evo Morales
En la zona sur de La Paz, donde se encuentran La Rinconada y otras lujosas urbanizaciones de la capital, la llamada resistencia organizó protestas contra la delegación de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que trabajó a finales de noviembre en Bolivia, y que fue acusada de “proteger a los terroristas”. El incidente del que se deriva la expulsión de los diplomáticos mexicanos y españoles se explica en este contexto de alerta y movilización política de los sectores vencedores del conflicto con Morales.Uno de los principales enemigos de la resistencia es Juan Ramón Quintana, figura destacada del Gobierno anterior, a quien la Fiscalía acusa de sedición y terrorismo por haber dicho que, si se producía un golpe de Estado contra Morales, Bolivia se convertiría en un “moderno Vietnam”.
Críticas a otros países
Quintana y otros ocho exministros y antiguas autoridades del partido de Morales se beneficiaron del asilo mexicano, pero hoy cuatro de ellos no pueden salir de la residencia diplomática en la que viven, pues el Gobierno de Jeanine Áñez no les concederá salvoconductos para abandonar el país, con el argumento de que están procesados por delitos comunes y no políticos. Nada más tomar el poder, Arturo Murillo, uno de los ministros de Áñez, habló de «cacería» contra algunos antiguos dirigentes de Evo Morales.Desde la salida de Evo Morales a México, dos días después de su renuncia, los medios de comunicación se inundaron de críticas al Gobierno mexicano, que denunció un “golpe de Estado” en Bolivia, permitió que este usara Twitter libremente y abrió la Embajada de México en La Paz a los miembros de su partido. Luego se produjo una oleada de críticas con tintes xenófobos contra Argentina por la cobertura crítica de los sucesos bolivianos por parte de la prensa de este país y de la decisión del presidente Alberto Fernández de no reconocer a Áñez.Tras el incidente del pasado viernes, el turno fue de España: para muchos creadores de opinión, como el político Samuel Doria Medina, lo sucedido en la residencia mexicana fue un “operativo armado”. El embajador Jorge Quiroga atacó al presidente del Gobierno español en funciones, Pedro Sánchez, por la “invasión de sus Rambitos”, en alusión a los policías españoles envueltos en el incidente, cuyos pasaportes y fotografías fueron filtrados a los periodistas y en las redes sociales.“Apoyamos a nuestra presidenta Áñez por haber expulsado a la embajadora mexicana y a los diplomáticos españoles. Los que hacen daño a nuestra amada Bolivia deben irse”, dijo una de las mujeres que llevan a cabo la vigilia en La Rinconada.elpais.com
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