Ay…¡Señor!…

AAAYY…¡SEÑOR!

Estaba Jesús preocupado, se paseaba de aquí para allá rascándose la barba y el ruido de sus chancletas puso de mal humor al Jefe Supremo.

– ¿Bueno, qué diablos te pasa? -dijo el Jefe, mencionando a su otro hijo, el socialista.



– «…Bolivia, lo que pasa en Bolivia» -respondió el Flaco.

El Jefe suspiró.

– «Gran país; tierra de primera, con políticos de segunda» -dijo el Jefe.

…Y hablaron de todo sobre Bolivia; de políticos oportunistas, de un bollo de candidatos, de cocaleros agresivos, de ex cívicos mete pata, de expresidentes psicópatas y de una Presidente de moda.

Jesús analizaba bajar para predicar unos días, salvar conciencias.

– «Es perder el tiempo hijo» le dijo amoroso el Jefe Supremo»

» …Pero bueno, andá a ver eso, predicá una semana y vemos que pasa» -ordenó resignado el Jefe.

…No se diga más.

Jesús bajó en Santa Cruz y decidió predicar en la ex terminal.

Comenzó a hablar en la rotonda, pero entre el ruido de micros y vende pichicas nadie lo escuchaba.

En eso aparecieron los gendarmes que le pidieron su permiso.

-¿Permiso para qué?, ¡soy Jesús, el de la Cruz!, ¿no me reconocen? -dijo El Señor sonriente.

– «Mira flaco, no se si apellidás de la Cruz, yo te veo más parecido al Buki» -le espetó una quita canasto parecidinga a Jiguchi.

– «¡Pero…Yo salvé a la humanidad!» -alegó El Salvador, todavía amable.

– «Elay, ahora este se cree, piensa y habla como Camacho» -dijo otro quita canasto.

Jesús no podía creer lo que pasaba.

…Él venía a ayudar. Quiso explicar:

– «Escuchen jóvenes, soy Jesús, ¡el que convirtió el agua en vino!»

– «Ah, eso está mejor» – dijo un gendarme petacudo, pensando en llevarlo a las kjaras de cada viernes con chupa gratis garantizada.

– «Hijos míos, yo…¡Resucité muertos!»- exclamó Jesús casi desesperado.

– «Que bueno Cepillín, Destroyers necesita un Presidente» -le contestó una gendarme bonita, pero más morocuda que Tamayá.

Jesús miró a su alrededor asombrado, no podía creer que alguien compre videos de Calle Siete.

Miró la tele del vende cd, y justo salía un sin sal de apellido Klinsky junto a Miljaus Ortíz.

– «¡Este nivel de políticos!, por eso el MAS los chiveaba» -dijo en un suspiro el Rey de Reyes.

– «¿Ahh, sos masista?, ahora vas a saber.» -dijo la gendarme y ya le iba a dar un palazo, cuando apareció el jefe de la Gendarmería que escuchó lo último.

– «No lo toquen, dijo la number one que a los masistas no se los toca» -ordenó.Jesús pestañeó dos veces seguidingas y no quiso saber más de Bolivia, levantó los brazos y con un gesto teatral desapareció.

¡Los gendarmes quedaron sorprendidos, maravillados!

– «¡ Eso estuvo la cagada!, ¿será que salimos en YouTube?» -dijo la gendarme morocuda buscando alguna cámara oculta…

EL ESCRIBIDORFuente: El Escribidor