Ovando y Barrientos sobre milicia armada

Mauricio Aira

Parecería ocioso ocuparse del tema, aunque su actualidad nos ayude a entender que siempre hubo controversia. Barrientos vivió sus últimos años persiguiendo el poder total (como lo hizo Morales) y para ello contó con la inteligencia de Fernando Díez de Medina al que retuvo a su lado como ministro sin cartera, encargado de la agenda, de los discursos, de ser portavoz del pensamiento del militar, y de un grupo íntimo de “barrientistas” llunkus, que rodearon su entorno.

Barrientos tuvo al frente al General Alfredo Ovando, inteligente, estudioso, cauto y hasta pusilánime en el manejo común del poder. Se instalaron “dos en lugar de una silla presidencial” y haciendo malabares lograron sacar adelante al Estado, hasta cuando sus ideas básicas chocaron de tal modo que un memorable día, Ovando ordenó a su lugarteniente: “ahora me reuniré con Barrientos en el Estado Mayor de Miraflores para debatir sobre la creación de la UNIDAD (directamente dependiente del Presidente Barrientos) al margen del Estado Mayor. Si hasta las 15.00 no regreso, “regle usted” los morteros contra la sala de reuniones y haga fuego” la orden terminante fue notariada y firmada por el Comandante en Jefe de las FFAA de la Nación. (el confidente vive en Cochabamba, es militar)



Es que el choque de ideas se repetía por enésima vez. Ovando sostenía que no hacía falta ninguna fuerza armada “especial”, que el Jefe del Estado podía disponer siempre de sus FFAA por orden regular y ordinario de sus mandos naturales. Barrientos estaba empecinado en tener esta Unidad a sus órdenes exclusivas para ejecutar tareas que consideraba urgentes y de gran riesgo. Formado en la élite de Caballería, Ovando era un clásico, conservador y fiel a la Institución militar, mientras que Barrientos lejos de equipararle en conocimientos era liviano de pensamiento, superficial, apegado al poder por la ambición de mandar. Muchos admiraban al piloto capaz de lanzarse en paracaídas para probar su valor, y por la verba que Díez de Medina supo inspirarle.

Lo cierto es que aquel día, “los caballeros” (Oficiales de Caballería) considerados en su fuero interno como lo más preclaro del Ejército, se aprestaron a cumplir la orden de su comandante y colocaron los morteros focalizados en el E.M. de Miraflores. Poco faltó para abrir fuego, a cuyo tiempo llegó Ovando visiblemente preocupado, lo cierto es que se impuso la institucionalidad y el grupo especial nunca funcionó, antes de ello Barrientos murió en Arque, CB en un discutido accidente de aviación.

Ahora mismo a nivel continental se da esta discusión. Uno lee sin entender que el jefe militar venezolano Vladimir Padrino López se manifiesta con firmeza opuesto a “las milicias que Maduro el Jefe del Estado arma y lanza a las calles en contra de los ciudadanos libertarios”, se sabe de la defensa clásica de unas FFAA sin milicias, aunque no se explica el potenciamiento de estas milicias en el resto excepción de Nicaragua y Cuba esta dualidad es inaceptable.

En el corolario valga la actualidad de un tema que presente en Bolivia desde sus inicios consiguió al crearse la República en 1825 fusionar a las FFAA del Estado naciente con la guerra de guerrillas que combatió y venció al Ejército Colonial.