Hernán Cabrera M.
Estimados Carolina y José Rivera Añez
Las lágrimas de su madre en su informe de gestión del 22 de enero, impactó. Muchas mujeres y hombres me dijeron que también sus ojos se llenaron de algunas gotas de lágrimas. Fue un discurso positivo y que mereció los aplausos de casi todo el país.
Seguramente ustedes como jóvenes tienen acceso y saben manejar las redes sociales. Ahí pueden ver la alta estima y respeto que irradiaba su señora madre, hasta ese día del 22. Luego esas reacciones explotaron contra la decisión que tomó la presidenta Añez, cuando se lanzó a la campaña electoral. Ojalá ustedes estén compartiendo con ellas esas percepciones de las redes sociales, que en su mayoría son agresivas, de insultos, de reflexiones, de enojo, malestar por el camino que ella optó. Les debe doler estas apreciaciones.
La decisión de la presidenta y ahora candidata, dividió al país en varias mitades y nos confrontó, entre quienes la apoyan y la rechazan. Ella está secuestrada por cadáveres políticos, que ven su candidatura una tabla de salvación. Ustedes son jóvenes llenos de vida, energía, fortaleza y creatividad, y se dan cuenta de lo que está pasando en el país
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Lo dije en una carta dirigida a su madre: que no joda al país y no se joda ella. La presidenta ahora ya no podrá ir tranquila a un acto público o andar por las calles, porque habrá alguien que le gritará algún insulto. Eso porque no tomó la decisión correcta.
Con seguridad, ustedes pueden influir a estas alturas en otra decisión histórica que su madre puede asumir: renunciar a su candidatura presidencial y seguir gobernando hasta entregar el mando al próximo presidente que saldrá electo del 3 de mayo, y no lo duden que la historia la reivindicará. Ustedes también se sentirán mejor y quizás más felices por el camino correcto que pueda asumir.
Una gran parte del país respiraría tranquilo con sus acciones que podría ejercer conversando con Jeanine Añez, que no siga siendo presa de su entorno palaciego. Pueden y deben rescatarla para los bolivianos. La han secuestrado y rodeado ciertos personajes que han hecho de la política un modo de vivir y de lucrar.
Les puedo asegurar que miles de bolivianos están esperanzados que la Presidente Añez, su madre puede reencauzar este proceso de transición, haciendo caso a su conciencia y a las esperanzas democráticas.
Un abrazo
Hernán Cabrera M.