Dos economistas difieren sobre el impacto de la medida. Para Alberto Bonadona sería beneficioso para quienes hoy perciben rentas muy bajas, pero Roberto Laserna cree que provocaría un daño a la economía, la banca y los trabajadores.
Pero, ¿porqué el 33% y no el 10% que propone el empresariado? Bonadona responde que éste sería un límite y así quedaría un margen para financiar pensiones de personas que estén en edad o a punto de jubilarse; es decir, que el restante 67% puede destinarse a una renta futura. No obstante, sugiere hacer un análisis agilizado para otros grupos de aportantes donde se tome en cuenta la edad, ya que las necesidades no son las mismas.Según datos estatales, a diciembre de 2019, el Fondo de Pensiones en Bolivia llegó a $us 19.000 millones, casi la mitad del Producto Interno Bruto del país. En este sentido, Bonadona expone que tener un buen rendimiento es esencial y se deben crear políticas que fomenten su crecimiento, una de ellas puede ser la apertura para que las AFP inviertan en el exterior.Asimismo, el ex director del Servicio Nacional del Sistema de Reparto (Senasir), observa que en estos momentos el sistema financiero ha visto mermada su liquidez y que puede emitir deudas para financiarse y éstas pueden ser adquiridas por las AFP de manera gradual. Entonces, una vía sería destinar estos fondos a los beneficiarios, ya que estos no guardarán el dinero en sus casas, sino que la llevarían a pagar deudas o cumplir con otras obligaciones.Sin embargo, el director de Fundación Milenio, Roberto Laserna, tiene una visión distinta. Considera que permitir a los aportantes que retiren sus ahorros sería una medida muy dañina para la economía, al sistema financiero y los trabajadores.Este tema ya está en la mesa del Estado. El ministro de la Presidencia, Yerko Núñez, expresó en las últimas horas que el análisis se está trabajando desde el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas. Además, manifestó que no se escatimarán medidas que ayuden a la población en medio de la crisis sanitaria.Fuente: El Deber