Cokito Gálvez, la jugadora tocada por los milagros que sueña con casarse y consolidar su vida afuera


La salonista que enamoró al mundo con su estilo en 2018 se apoya en su fe desde muy niña. Comprometida con Yohanny, confía en que ambas cumplirán sus metas con perseverancia. Se alistaba para viajar a Guatemala, pues ya había encaminado su vínculo con un club de ese país. Sin embargo, la pandemia puso en pausa su ritmo.

Romina Saavedra

Cokito-Gálvez-Talavera-junto-a-su-pareja,-Yohanny.--Crédito--Facebook-Cokito-Gálvez-Talavera

Cokito-Gálvez-Talavera-junto-a-su-pareja,-Yohanny.–Crédito–Facebook-Cokito-Gálvez-Talavera



 

Rezó. Lo hizo hasta que sus labios se secaron. “Nunca dejé de pedirle que me la cure. Me decían que era un tumor, que se iría agrandando, pero no perdí la fe en que me la iba a sanar. Y sin que se haga un tratamiento ni operación, se curó”, celebra la Cokito, la jugadora de fútbol de salón boliviana que en 2018 embelesó al mundo con su estilo exquisito, su velocidad y su técnica en los Juegos Olímpicos de la Juventud, en Buenos Aires, Argentina. En 2019, sin ir más lejos, recibió un segundo vendaval. A su padre, Lino, lo intervinieron quirúrgicamente del corazón. Fue una operación compleja. La muerte coqueteó con la familia. Por un minuto, Lino dejó de respirar en el quirófano.

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¿Y cómo no creer en los milagros, cuando uno es testigo en carne propia de que estos bajan al plano mundano para obrar a nuestro favor? La relevancia internacional que tomó la Cokito en los Juegos, los autógrafos que varios hinchas argentinos le pidieron, la vincha que uno de ellos insistió en ganar de ella y el relato de la cadena ESPN, que centró su narración en la figura de la cruceña. Nada de eso fue fortuito. Absolutamente nada. Porque cuando ella era una niña pidió con todas sus fuerzas que el sueño se cumpliera y que reconocieran su talento. “Los tiempos de Dios son perfectos”, asegura la salonista.

Se encuentra ahora junto a sus padres en Montero. Allí da continuidad a sus entrenamientos caseros, con el objetivo puesto en retornar con más fuerza. Hasta antes de la emergencia por el COVID-19, Cokito tenía encaminado ya su viaje a Guatemala para fichar por un club de peso en dicho país.

Con 19 años y una ilusión incontenible de que los triunfos sean cada día mayores, la muchacha admiradora de Ronaldinho (lo tiene por encima de Messi) sueña, también, con casarse y tener un bebé cuando ella y su pareja, Yohanny, tengan condiciones para asegurarle un buen ambiente al niño o niña.

Aquí, un mano a mano con la crack boliviana, que hizo de su perseverancia su mejor bandera en la vida.

P: ¿Eres explosiva en la cancha o, más bien, tranquila?

R: Solo en la cancha soy temperamental. Soy más divertida, me gusta bromear. Cuando ya llegamos al vestuario, saben que terminó el juego y que es mi trabajo.

P: Te compararon tanto con Messi y Ronaldinho, ¿te cayó bien eso o dijiste ‘soy la Cokito y tengo mi propia identidad’?

R: A mí me gustó mucho porque, como dije, a Messi lo admiro por su forma de jugar y a Ronaldinho por su humildad. Son figuras muy grandes.

P: ¿Con cuál te quedas? 

R: Con Ronaldinho, siempre. Va a ser el jugador más completo que habrá en el mundo. Lo admiro harto, me encantó que me hayan comparado con él porque es bien humilde y tiene una forma de jugar única.

P: ¿Qué pasa por tu cabeza en este momento de crisis?

R: Este virus ha cambiado al mundo. Hay que ponernos a pensar qué va a pasar más adelante, pero sin dejar de entrenar. Practico en mi casa. Ya tenía un objetivo. Debía estar en abril en Guatemala para incorporarme a un equipo con el que había firmado contrato por un año. El virus perjudicó a todos. Trato de ser positiva. Vamos a ver bien ese tema y analizaremos si volveremos a hacer el contrato con el mismo club o regresaré a España.

P: Has estado en España, allí te encontraste con otro estilo y ritmo de vida…

R: Fue todo diferente. Hasta la forma de jugar es distinta. Traté de disfrutarlo lo máximo posible, pero necesitaba estar cerca de las personas que quiero. No había estado acostumbrada a irme tan lejos por tanto tiempo.

P: Cerro Porteño también ha sido parte de tu trayectoria…

R: Ha sido inolvidable. Cerro había llevado jugadoras de Argentina y Brasil. Yo era la única boliviana. Nos faltó un poco de preparación, pero fue muy bonito porque conviví con personas de otros países. Las brasileñas tienen un juego parecido al de España. Me gusta el estilo de las argentinas.

P: ¿Lo más lindo que te pasó hasta ahora?

R: El privilegio de que te llamen para ser refuerzo de un equipo de otro país. Que te hable Cerro Porteño para ser parte de su club y compartir con jugadores de otras naciones.

P: ¿Champions o Libertadores?

R: Está más avanzada la Champions. Uno siempre va a soñar con lo más alto.

P: Estás en pareja. En tu perfil de Facebook dice “comprometida” con Yohanny…

R: Sí. Gracias a Dios, cuento con una persona que me apoya harto. Tenemos planes. A ella le gusta jugar, pero no se dedica plenamente a esto. Ya va a salir de la universidad. Nosotras sabemos que cada una tiene su sueño y lo único que queda es apoyarnos.

P: ¿Qué planean?

R: En este país casi no hay mucho apoyo. Analizamos, por ejemplo, irnos a la Argentina. Queremos tener un bebé, que es el sueño de la mayoría de las personas, y poder casarnos.

P: ¿Hace cuánto se conocen?

R: Vamos un año y seis meses de relación. Nos ponemos esa meta, pero sabemos que debes darle comodidades a un bebé. Estamos pensando hacerlo no muy apresuradamente. Ella está estudiando ingeniería petrolera. Yo también voy a estudiar. No solo viviré de fútbol. Trataré de estudiar algunas carreras técnicas en diferentes países. Nos hemos puesto esa meta para cumplir más adelante. No queremos hacer un tratamiento y traer un bebé al mundo sin contar con las condiciones.

P: ¿Qué dice la familia?

R: Me apoya. Gracias a Dios, no he tenido ningún problema con mi familia ni con la de ella. Como dice mi madre: “Mientras yo sepa y te apoye, lo que diga la otra gente te tiene que dar igual”.

P: ¿Tu mejor virtud fuera de la cancha?

R: Tengo muchas, ja ja. Soy muy perseverante. Cuando me propongo algo, lucho por eso hasta cumplirlo. Me gusta ser alegre. Por más de que me pase algo malo, siempre le veo el lado positivo a las cosas.

P: Dijiste que eres perseverante, ¿has tenido momentos que probaron tu fortaleza? 

R: La perseverancia va con mi fe en Dios. En mi vida tuve muchas cosas malas. Cuando me enteré de que mi madre tuvo un tumor, nunca dejé de pedirle a Dios que me la cure. Pasó un tiempo, me decían que era un tumor maligno, que se iría agrandando. Nunca perdí la fe en que me la iba a curar. Y sin que se haga un tratamiento ni operación, se sanó. Para mí fue un milagro enorme. Lo mismo con mi padre. Recién pasó por una situación del corazón. Estaba delicado, pero ahora se encuentra bien. Yo le dije a él: “Dios le dio una oportunidad más de que siga viviendo y debe disfrutar”. A él lo operaron del corazón. Cuando el doctor habló con nosotros, nos dijo que se había muerto por un minuto.

P: Quién mejor que tú que para decir que la fe es más efectiva que cualquier cosa, ¿no?

R: Todo lo que me pasó en Argentina no fue de casualidad, sino porque se lo pedí a Dios. Siempre le dije que me ayude a irme a un país donde valoren lo que hago. Por eso no lo podía creer. Todo eso se lo pedí a él y no fue en mi tiempo, sino en el de él.

Fuente: Opinión